VARIAS NOTAS DE LA EMBAJADA DE CUBA EN REPUBLICA DOMINICANA

Intervención del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba
Los participantes en este taller no encontrarán en las calles de La Habana a ningún niño limpiando los cristales del carro y pidiendo algo de comer

Felipe Pérez Roque

Taller internacional "La Declaración Universal de los Derechos Humanos: 60 años después", celebrado en el Palacio de Convenciones de La Habana, 10 de diciembre de 2008

Queridos familiares de nuestros Cinco Héroes, prisioneros políticos en Estados Unidos;
Queridos amigos, queridas amigas, llegados desde los más diversos lugares para participar en este taller;
Compañeras y compañeros cubanos:
Saludamos la iniciativa de los Capítulos venezolano y cubano de la Red de Redes "En defensa de la Humanidad" y de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO de convocar este Taller Internacional "La declaración universal de los Derechos Humanos: 60 años después." Les damos a los amigos llegados de otros países cordial bienvenida a nuestra patria.
Sesenta años atrás la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su aprobación fue posible solo tras la victoria de las fuerzas progresistas sobre el fascismo y constituye, sin duda, un éxito de los pueblos en la lucha por el reconocimiento de sus derechos.
Aun con las limitaciones resultantes del momento en que se proclamó, la Declaración marcó un hito y sirvió de inspiración y estímulo al ulterior desarrollo y codificación de los derechos humanos, tanto de las personas como de los pueblos, incluidos los derechos de solidaridad.
En 1948, al aprobarse la Declaración, ya había comenzado la llamada Guerra Fría. Prácticamente la mitad de los actuales Estados miembros de las Naciones Unidas estaban sometidos al dominio colonial o eran simplemente neocolonias. Fue la época del surgimiento del oprobioso régimen del apartheid en Sudáfrica, a cuya derrota contribuyeron los combatientes cubanos décadas después.
En un día como hoy me gustaría también evocar la memoria de los más de 2 000 combatientes cubanos caídos en África para conseguir la derrota del ejército del apartheid y para obtener la independencia de Namibia, la liberación de Nelson Mandela, el desmantelamiento de aquel odioso engendro y la preservación de la integridad territorial de Angola. En un día como hoy quisiera evocar su sacrificio, a miles de kilómetros de Cuba, y hacer llegar también un testimonio de respeto a sus familiares en nuestra patria.
Aunque el propio preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, proclamada en 1945, identificó entre sus propósitos el respeto al principio de la libre determinación de los pueblos, no fue hasta la década de 1960 que la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó ese principio —el de la libre determinación de los pueblos— como un derecho.
A lo largo de los años, la batalla de muchos países en desarrollo y de las fuerzas progresistas en el mundo industrializado permitió la ulterior reivindicación y reconocimiento de otros derechos inalienables de los pueblos, en particular, de sus derechos a la paz y al desarrollo.
En 1993, la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena, brindó un importante impulso a la cooperación internacional en materia de derechos humanos. El reconocimiento de la universalidad, la indivisibilidad y la interdependencia de todos los derechos humanos y de la necesidad de darles un tratamiento justo y equitativo, fueron elementos esenciales del consenso alcanzado en Viena en 1993.
El respeto a la diversidad, el reconocimiento de las particularidades nacionales y regionales, de los diferentes patrimonios históricos y culturales y del derecho de los pueblos a establecer su propio sistema económico, político y social, se erigieron entonces en elementos esenciales para la promoción de una genuina cooperación internacional en materia de derechos humanos, con apego a los principios de objetividad, imparcialidad y no selectividad.
Sin embargo, los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados siguieron manipulando el tema de los derechos humanos a su antojo y utilizándolo como herramienta de chantaje y presión contra aquellos países que, como Cuba, persistíamos en nuestro derecho a la libre determinación y la independencia. Durante años, asistimos a las prácticas discriminatorias y corruptas orquestadas en la desprestigiada Comisión de Derechos Humanos. Hoy, nos congratulamos por el surgimiento del Consejo de Derechos Humanos, libre de aquellas prácticas aberrantes. Alertamos, sin embargo, del peligro latente de que se intente entronizar en el Consejo de Derechos Humanos otra vez un clima de confrontación y selectividad; si así fuere, plantaremos batalla nuevamente. Bueno es advertirlo claramente en este día.
La proclamación del derecho de los pueblos a la solidaridad internacional, en un mundo caracterizado por las inequidades y el egoísmo de los más ricos y poderosos, constituye la más reciente conquista en el desarrollo progresivo del derecho internacional de los derechos humanos a favor de los intereses de los más necesitados del planeta.
Estimados amigos:
Aun cuando se han producido avances en el reconocimiento internacional de los derechos humanos, la realización y disfrute de todos los derechos humanos para todos los pueblos y personas no pasa de ser hoy una quimera.
Nuestros pueblos sufren el egoísmo, la injusticia, las pretensiones de dominación, la inequidad, el derroche y el consumismo desmesurado de una minoría insensible y derrochadora, frente al desamparo, el hambre y la desnutrición, el analfabetismo y las enfermedades para los más de 2 600 millones de personas que se preguntan hoy, 60 años después de haberse proclamado la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por qué se les condena a vivir para siempre en la desesperanza y la pobreza.
Nuestra voz se levanta hoy en un grito de denuncia y solidaridad con los 1 000 millones de personas que son víctimas del hambre y la desnutrición, con los más de 800 millones que no pueden leer y escribir, con los 11 millones de niñas y niños que morirán este año, antes de su quinto cumpleaños, a causa de enfermedades prevenibles y curables.
Esta cruel realidad tiende a agravarse. La profunda crisis a la que el egoísmo y la irresponsabilidad han arrastrado al mundo, especialmente visible en los ámbitos financiero, alimentario, energético y climático, impacta con mayor fuerza sobre los países del Sur y sobre los más necesitados, mientras que los responsables se resisten a buscar soluciones apropiadas con tal de preservar sus privilegios.
El alza sin precedentes en los precios de los alimentos, la especulación irresponsable con los precios de los productos básicos, el intercambio desigual, el enorme peso de la deuda externa, el proteccionismo selectivo que imponen los países ricos al comercio y los subsidios que aplican, la reducción de los ya insuficientes recursos destinados a la Asistencia Oficial al Desarrollo —que no superan en este momento apenas el 0,28 % del Producto Interno Bruto de los países desarrollados, cada vez más lejos de aquel 0,7% de su Producto Interno Bruto que prometieron en 1970 dedicar a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Han pasado ya 38 años de aquella promesa, y hoy, en un mundo donde son tan necesarios esos recursos para paliar y enfrentar las enfermedades, la pobreza, el analfabetismo, la falta de oportunidades para miles de millones de seres humanos, apenas destinan el 0,28%; el que menos dedica, por debajo del 0,2%, es el más rico y poderoso de todos, Estados Unidos- y el incremento en la frecuencia y magnitud de los desastres naturales, son solo, junto a los demás elementos que mencioné, algunas de las amenazas que hoy enfrentan nuestros pueblos.
Estamos llamados, como nunca antes, a luchar por el establecimiento de un orden internacional equitativo, justo y democrático. No podemos aceptar que unos pocos países ricos condenen a la pobreza y al subdesarrollo a la inmensa mayoría de los pueblos.
Un orden internacional justo, democrático y equitativo es una condición imprescindible para que los esfuerzos dentro de los países rindan los resultados esperados. Ningún país podrá ejercer para su pueblo el derecho a la paz, al desarrollo, a la igualdad de oportunidades si no cambia el actual orden internacional, que constituye el obstáculo mayor a que los esfuerzos nacionales puedan tener resultados más allá de los esfuerzos de los gobiernos y de los pueblos.
Ese injusto y antidemocrático orden internacional que se nos impone es también responsable del abismo que separa al Norte del Sur en cuanto a la producción, el acceso y el flujo de la información. Sustenta, además, la violación del derecho de nuestros pueblos a recibir información veraz y objetiva, requisito imprescindible al ejercicio de la libertad y la libre determinación.
Somos bombardeados continuamente por falsas alegaciones o percepciones tergiversadas de nuestra propia realidad. La mentira se vuelve práctica cotidiana. Se intenta interpretar y escribir la historia desde la óptica de los poderosos. Se pretende justificar la discriminación y la xenofobia. Se nos intenta hacer creer que somos responsables del subdesarrollo impuesto a los países del Sur.
Un día como hoy, Cuba reivindica nuestro derecho a un Nuevo Orden Internacional de la Información y las Comunicaciones que haga posible el disfrute de la libertad de expresión e información para todos, en condiciones de objetividad y justicia.
Cuba reivindica el respeto a la diversidad cultural y la promoción y defensa de las culturas de nuestros pueblos, como garantía de identidad y arma insustituible en la protección de la soberanía de nuestras naciones.
Nuestro mundo, queridos amigos, ha sido testigo de las más abominables violaciones de los derechos humanos. En el pasado reciente, cientos de miles de familias latinoamericanas se cubrieron de luto ante las atrocidades cometidas por dictaduras militares patrocinadas por Estados Unidos.
Expresamos nuestra solidaridad con las víctimas de aquellos crímenes y sus familiares, y exigimos justicia. Un día como hoy, en que se cumplen 60 años de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, vale recordar que nuestra Revolución, atacada con saña, bloqueada, hostigada, invadida, bombardeada, víctima del terrorismo, víctima de los sabotajes, víctima de las campañas de descrédito, que ha tenido que defenderse durante 50 años, lo ha hecho, bajo el liderazgo y el magisterio de Fidel, en el respeto absoluto a los más elevados principios de la ética.
Vale recordar, un día como hoy, que no hay una sola familia cubana que en los últimos 50 años llore a un familiar desaparecido, no hay una sola, o llore a un familiar asesinado extrajudicialmente, no hay una sola. No hay una sola familia cubana denunciando trato inhumano y degradante, torturas como las que se aplicaron en los países de América Latina que enfrentaron dictaduras tenebrosas apoyadas por Estados Unidos, como las que se aplicaron durante el Plan Cóndor, el secuestro, la tortura sin límites, la vesania contra los presos indefensos.
Hoy no hay ninguna familia cubana que llore a un familiar desaparecido o asesinado, como no hay ninguna familia cubana que lamente el que su hijo no pueda ir a la escuela o que el pariente enfermo no pueda ejercer su derecho a recibir atención médica.
De esos casi 1 000 millones de analfabetos que hoy lamentamos en el mundo, ninguno es un cubano que por falta de acceso a los recursos económicos imprescindibles no pueda enviar a su hijo a la escuela.
Los participantes en este taller podrán salir ahora a las calles de La Habana a ver si encuentran en algún semáforo a un niño limpiando los cristales del carro y pidiendo algo de comer. No lo hay.
Hemos defendido a la Revolución; hemos construido una obra, imperfecta como toda obra humana, perfectible; somos los más inconformes con lo hecho, tenemos noción clara de que falta mucho más por hacer que lo que hemos logrado, y aspiramos a la justicia no solo para nuestro pueblo, sino para todos los pueblos de la Tierra, porque consideramos al mundo nuestra patria, porque Patria es humanidad, como nos enseñó José Martí. Pero vale decir, cuando se va abriendo la bruma de las campañas y las mentiras vertidas contra Cuba, que la Revolución Cubana se defendió sin aplicar jamás el "ojo por ojo" y "diente por diente", sin aplicar jamás el que "el fin justifica los medios", preceptos borrados de la práctica de los revolucionarios cubanos, aun en medio de la defensa de un país acosado y amenazado de manera permanente.
Un día como hoy sumamos nuestras voces para exigir justicia junto a los cientos de miles de familias latinoamericanas que sufren todavía hoy y lloran la pérdida de seres queridos, mientras reclaman el cese de la impunidad para los represores.
Bajo el pretexto de una supuesta guerra global contra el terrorismo o la hipócrita y falsa promoción de la libertad y la democracia, se intenta legalizar la agresión y la ocupación militar y se perpetran graves violaciones a los derechos humanos; se intenta justificar los bloqueos y la coacción; se busca imponer el modelo político, económico y social que responda a los intereses y designios de los poderosos, y se discriminan culturas y religiones.
Uno de los ejemplos más aborrecibles del desprecio a la condición humana, es la creación y la permanencia, todavía hoy, del centro de detenciones arbitrarias y tortura establecido en la ilegal Base Naval que Estados Unidos nos impone en Guantánamo.
Condenamos los abusos y violaciones que tienen lugar allí y exigimos su cierre inmediato y la devolución de ese territorio a nuestra patria.
En inequívoca prueba de la falsedad y la hipocresía de la política de Estados Unidos en materia de terrorismo, sus autoridades eluden todavía su obligación de enjuiciar por cargos de terrorismo o extraditar a Venezuela al terrorista Luis Posada Carriles, uno de los principales responsables de la destrucción en pleno vuelo de un Avión de Cubana de Aviación, en 1976, con 73 personas a bordo. Aquí entre nosotros están hoy compañeras y compañeros que perdieron familiares víctimas de ese acto de terrorismo. Un día como hoy reiteramos nuestra demanda de que los terroristas concurran por fin ante la justicia y que cese la impunidad y la protección que el gobierno de Estados Unidos ha concedido a hombres que llevan sobre sus hombros la responsabilidad de haber asesinado a decenas de personas inocentes. Sin embargo, al mismo tiempo, el gobierno de Estados Unidos mantiene a cinco cubanos injustamente encarcelados por 10 años ya, por desafiar la impunidad que disfrutan los grupos terroristas que han actuado contra el pueblo cubano a lo largo de décadas desde Miami.
En el Día Mundial de los Derechos Humanos, exigimos también la inmediata liberación de Gerardo, Ramón, Antonio, René y Fernando. Su firmeza, su integridad y sus profundos valores éticos sirven de inspiración al pueblo cubano y a todos los defensores de derechos humanos en el mundo.
A sus familiares aquí presentes, les reiteramos nuestro compromiso de no cejar, no cansarnos y no desistir de la batalla porque ellos regresen junto a sus familias y su pueblo.
Compañeras y compañeros;
Estimados amigos:
Cuba, bloqueada y asediada por 10 sucesivas administraciones del Gobierno de Estados Unidos durante casi cinco décadas, puede mostrar hoy avances sustantivos e irrefutables, resultados de programas y planes nacionales encaminados a mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo y el disfrute de todos los derechos humanos.
Reitero, sin embargo, nuestra aspiración a construir la sociedad con justicia e igualdad de oportunidades y bienestar para todas las cubanas y todos los cubanos, con la que hemos soñado, por la que han luchado y batallado generaciones de cubanos y que constituye todavía una meta por alcanzar.
Quisiera recordar en este Día Mundial de los Derechos Humanos, de modo especial, a los más de 37 000 profesionales cubanos de la salud que se encuentran salvando vidas en 73 países. Ellos son el testimonio de que, como dijera Fidel: "Revolución es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo".
A los miles de médicos, enfermeras y técnicos de la salud cubanos, que a esta misma hora caminan por las intrincadas montañas de Guatemala, o viven junto a los habitantes de los barrios de Caracas, en el Altiplano boliviano, en las selvas africanas, a esos hombres y mujeres que a esta hora tratan a un enfermo, alivian el dolor, llevan una palabra de consuelo o un medicamento, lejos de sus hijos, a miles de kilómetros de sus hogares, dedicamos, hoy, Día Mundial de los Derechos Humanos, un mensaje especial y un pensamiento de todo su pueblo y sus familiares.
En el año en que se cumple el 60 aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Cuba renueva su compromiso contra toda discriminación y con la lucha por un mundo de justicia, libertad e igualdad para todos.
En un día como hoy, expresamos nuestra satisfacción de recibirlos a ustedes, de poder intercambiar, compartir, debatir sobre este sueño imprescindible que guía nuestros actos y nuestras luchas de conquistar un mundo con justicia, igualdad y paz para todos.
Quisiera, de modo especial, recordar a Fidel que ha sido el artífice y el guía de los cubanos en su lucha por el respeto a los derechos humanos para nuestro pueblo y para nuestros hermanos más allá de nuestras fronteras.
Quisiera renovar nuestro compromiso con la construcción de una América Latina integrada que luche unida por los derechos de sus pueblos.
Quisiera también reiterar nuestra esperanza de ver un día un Puerto Rico libre e independiente, de ver a su pueblo ejercer su derecho a la libre determinación e incorporarse en carácter de miembro pleno, junto a sus hermanos de América Latina y el Caribe.
Y quisiera saludar, en nombre de nuestro pueblo, a todos los que en cualquier rincón del planeta batallan cada día por construir ese mundo mejor que todos soñamos.
Bienvenidos, y que tenga éxito nuestro Taller Internacional.
Muchas gracias .

Llama Alarcón a respetar los derechos humanos sin discriminación ni manipulación
Aida Calviac Mora
Ricardo Alarcón de Quesada, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, insistió este miércoles en la necesidad impostergable de que los derechos humanos sean respetados sin discriminación, selectividad o manipulación, durante la clausura del Taller Internacional La Declaración Universal de los Derechos Humanos: 60 años después, en el Palacio de las Convenciones.
Todavía el camino para alcanzar que los principios de esa declaración sean respetados es largo, y va a requerir mucho tesón, mucho esfuerzo por parte de los pueblos de este mundo. Esta fecha no debe ser olvidada ni reducida, debe servirnos de acicate para continuar la lucha hasta la victoria, señaló.
Durante el intercambio, convocado por los capítulos cubano y venezolano de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad, y la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, prestigiosos intelectuales, parlamentarios, religiosos y activistas sociales exigieron a Estados Unidos el cierre inmediato de la cárcel en la ilegal base de Guantánamo, y la devolución de ese territorio a la Isla, así como la liberación de los Cinco Héroes.
En ese sentido, el Presidente del Parlamento señaló que ese caso es una prueba irrefutable de la verdadera naturaleza de doble rasero de la política de Washington, porque el mismo régimen que aplica toda su dureza contra René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio, ha invadido a naciones soberanas en nombre de una supuesta guerra contra el terrorismo, ha conculcado los derechos de los norteamericanos y protege, ampara y defiende a grupos terroristas que se han dedicado a actuar contra el pueblo de Cuba y también contra el pueblo de Estados Unidos.
En la jornada de debates, iniciada con las palabras del canciller Felipe Pérez Roque, participaron entre otras personalidades, la pacifista Cindy Sheehan, madre de un soldado norteamericano muerto en Iraq; el teólogo brasileño Frei Betto; el cantautor español Luis Eduardo Aute y el líder nacionalista puertorriqueño Rafael Cancel Miranda.
En la sesión final se dieron a conocer, además, mensajes de adhesión al encuentro de Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz; de José Saramago, Premio Nobel de Literatura, y de Alfredo Guevara, presidente del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
Asimismo, el estadounidense Saúl Landau leyó una declaración de la delegación de su país, rubricada entre otros por Cynthia McKinney, ex candidata presidencial del Partido Verde, en la que se critica la utilización de los derechos humanos como instrumento de política exterior por parte de las naciones ricas contra los pueblos más pobres y débiles.
Delitos trasnacionales demandan urgencia
Lourdes Pérez Navarro
El Fiscal General de la República, Juan Escalona Reguera, destacó que la comunidad internacional tiene ante sí el impostergable reto de identificar las verdaderas causas de delitos trasnacionales como la corrupción, el narcotráfico, el tráfico de personas y el terrorismo, para así determinar acertadamente las estrategias y tácticas para combatirlos.
Al inaugurar ayer el IX Encuentro Internacional Ciencias Penales 2008, evento que sesionará hasta mañana en el capitalino Palacio de las Convenciones con la participación de especialistas de 20 países, Reguera señaló que los problemas públicos, económicos, ecológicos y sociales que sufre hoy un mundo cada vez más globalizado, han generado efectos negativos como la pérdida de valores éticos y de convivencia social, y el incremento de la actividad delictiva en sus disímiles modalidades.
El Fiscal General aseguró que en Cuba el Estado ha otorgado los recursos necesarios para enfrentar manifestaciones de corrupción, tal como lo hace con el tráfico y consumo de drogas. Cuba es signataria de los principales acuerdos y convenios internacionales sobre la fiscalización de las drogas, ha suscrito acuerdos bilaterales de cooperación con 33 países, creó la Comisión Nacional de Drogas, aprobó el Plan Maestro para combatir el tráfico de drogas e instrumentó el Programa Nacional Integral de Prevención del uso indebido de drogas.
Denunció la llamada Ley de Ajuste Cubano —inhumana política del gobierno estadounidense contra nuestro país que promueve el tráfico ilegal de personas— y la ejecución de actos de terrorismo en el mundo. Cuba, subrayó, en muestra de su voluntad inquebrantable de luchar contra tales manifestaciones de violencia, está adherida a todos los convenios y protocolos internacionales dirigidos contra estas y promulgó la Ley contra actos de terrorismo.
Recordó el caso de nuestros Cinco compatriotas prisioneros en Estados Unidos por su lucha antiterrorista, y exigió su liberación. Es esta una necesidad para todos los que luchan contra el terrorismo y creen en la justicia, dijo.
Entrevista a Eusebio Leal, historiador de La Habana

La Vanguardia

¿En qué punto se encuentra la complicada restauración de La Habana Vieja?
Es difícil responder. Está en el punto en que ya existe una conciencia pública -que fue lo más difícil de alcanzar- de la importancia de la preservación del patrimonio cultural. No fue una labor mía, sino de muchos precursores; una labor de la nación, que, en un momento de crisis profunda, en 1994, cuando ya nosotros llevábamos muchos años trabajando, consideró que en medio de esas circunstancias lo más importante era salvar el patrimonio de Cuba. Y se le dio a la Oficina del Historiador todo un conjunto de atribuciones que, catorce años después, arrojan como resultado lo que está a la vista. Hay un treinta por ciento del centro histórico que se ha restaurado. Si reuniéramos todos los elementos dispersos en que hemos actuado, lo reparado sería mayor que la zona restaurada de San Juan de Puerto Rico, la de Santo Domingo; mayor que la de Cartagena de Indias en su parte fundamental. La monumentalidad de La Habana es extraordinaria. Y el gran problema no es lo que se ha hecho sino lo que falta por hacer. Harían falta mil millones de dólares sólo para dar un primer golpe de impulso a un buen proyecto de rehabilitación de toda la ciudad, con sus redes de servicios, pavimentación e iluminación.
¿Cuántos tiempo puede tardarse en completar la restauración?
Cuando comencé mi trabajo, para mí lo histórico era lo remoto, lo antiguo; casi lo arqueológico. Después comprendí que toda La Habana era maravillosa y que ese hechizo de la ciudad, esa capacidad de deslumbramiento -a pesar de una decadencia que nadie puede negar- aparece cuando se rasga el velo que la cubre. Es el esplendor de una ciudad cuyo urbanismo no ha sido modificado. Si hay una fortuna en esta situación complicada es que, cincuenta años después, y contemplada en el contexto de las ciudades latinoamericanas, La Habana aparece intacta. Lo está porque hace medio siglo la revolución detuvo la especulación inmobiliaria que venía avanzando resueltamente por todos los costados. Basta ver la imagen de La Habana Vieja. Ahora bien, hay otros problemas. En esos cincuenta años la mirada no fue introspectiva; se miró hacia otras direcciones pensando que La Habana podía esperar. Hoy estoy en condiciones de opinar que ha sido un error estratégico. Porque ésta es la masa construida más importante no ya de Cuba sino del Caribe. En justificación de eso que podríamos considerar equivocado está la enorme batalla que hemos vivido, la cual ha requerido recursos infinitos para forjar una educación y un sistema de salud preventivo, para reordenar y recrear la cultura nacional. A ello se suma el imperativo de la naturaleza, que este año ha dado un golpe que nos afecta en la medida en que todos los recursos del país tienen que ir a restañar las heridas de lo que con razón se definió como un golpe nuclear. Tres ciclones en 30 días, casi tres millones de desplazados… Es muy difícil para nosotros, los restauradores, reclamar prioridad cuando incluso parte del patrimonio de la Humanidad y reservas de la biosfera del interior del país han quedado dañadas. Para que sea haga una idea, los huracanes derribaron un cuarto de millón de palmas, el árbol nacional de Cuba. Ante eso, nuestro trabajo se hace más largo, arduo y difícil… Pero lógicamente ya no será tarea mía.
Usted ha dicho que necesitaría dos vidas…
Y tres, y cuatro.
Y sugiere que La Habana ha estado abandonada durante estos cincuenta años. ¿Qué ocurriría si un ciclón golpeara directamente la capital?
No quiero decir que La Habana haya estado abandonada; ha permanecido en ese estado de espera antes de hacerse con ella lo que requería y sigue requiriendo. Si infortunadamente nos tocara un ciclón, la situación sería muy difícil. Nos hemos preparado. Lo hacemos permanentemente. Pero no cabe duda de que un golpe aquí sería algo excesivamente fuerte.
En cuanto a los recursos, ustedes tienen un sistema sui generis basado en autofinanciación y las subvenciones. Pero ¿cabría y convendría abrirse al patrocinio privado?
La ley permite la asociación con el capital extranjero cuando se considera necesario. El edificio en que estamos (Lonja de Comercio) fue un empeño de una sociedad de capital en la cual la Oficina del Historiador, en representación de la nación, tiene una parte mayoritaria. También el hotel Saratoga es resultado de una empresa mixta. Pero siempre se pensó, y lo sustento firmemente, que lo que hiciéramos aquí tenía que ser un empeño de la nación. Y que teníamos que conservar la propiedad del suelo y de lo edificado para evitar que esto pudiera ser objeto nuevamente de la especulación. Por eso se creó una entidad que demostrara capacidad de un esfuerzo institucional sostenido, que fuera transparente y auditable en todo momento y que pudiera reinvertir en desarrollo social, como hace. Tenemos un departamento de cooperación internacional y favorecemos mucho esas colaboraciones, que sin embargo no son nunca determinantes en lo que hacemos. En cuanto a los patrocinios, hay muchas personas e instituciones que hacen donaciones y no quieren aparecer. Les estoy enormemente agradecido. Ahora, a veces también nos ofrecen pequeñas contribuciones a cambio de colocar el nombre de la entidad al lado del escudo de la nación o de la Oficina. A eso me niego en redondo. Porque creo que no estamos en la necesidad de pagar ese precio. No desprecio esas ofertas, pero más bien prefiero que sirvan para auspiciar la publicación de libros, exposiciones o conciertos, como ya se hace. De todos modos, quienes nos ayudan tienen generalmente la discreción de no hacernos exigencias dramáticas.
¿Qué lugar ocupan las instituciones españolas en la financiación?
Antes de que la cooperación fuera suspendida nació, por ejemplo, la escuela-taller Melchor Gaspar de Jovellanos, que es nuestro orgullo. Hay otras tres que se han hecho con los apoyos del País Vasco, la ciudad de Toledo y el Principado de Asturias. Hemos tenido una colaboración muy intensa de las universidades, de algunos ayuntamientos… En La Habana Vieja hay una lápida del alcalde de Torrelavega José Portilla (fallecido), que fue un gran amigo apasionado y sincero de Cuba.
¿Espera que la mejora en las relaciones con España incida en las ayudas a los trabajos en La Habana Vieja?
No me interesan tanto las contribuciones como las relaciones. De los políticos podemos prescindir; de España, no. En su diversidad, España es muy importante para nosotros, que no somos hijos de la conquista sino de la inmigración. Nicolás Guillén habló del "mundo que España trajo consigo, y a ella misma, que está con nosotros". Puede asegurarse que, desde la tumba o la mesa, todavía gobierna en nuestras casas un padre gallego, asturiano, catalán, cántabro, vasco, canario. La sangre llama, pero la cultura determina. No podemos entender a Cuba en su rebeldía, su resistencia, en esta guerra que libramos y que España no concluyó con victoria. Nosotros queremos que sea más honroso el fin de esa batalla que se perdió en el 98 pero que no ha terminado todavía.
Su intervención en el reciente congreso de la UNEAC todavía se recuerda. Habló de la eliminación de prohibiciones, que entonces acababa de arrancar y que muchos creímos que continuaría en breve. Pero parece un tanto frenada…
Somos un país asediado, eso no puede olvidarse nunca. Ahora se da una especie de conjunción astral en la cual parece que no será decisivo sólo lo que hagamos aquí, sino lo que ocurra en el mundo… Sin que Cuba haya cedido en sus principios, la Unión Europea ha restablecido relaciones tras comprender que no se puede presentar a Cuba como la mujer adúltera, omitiendo cosas espantosas en muchos otros rincones, porque hay ciertos presos que lo están por actividades que conocemos bien. Y no ocurre nada porque se celebre una reunión de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba para votar por McCain. Pero, siguiendo con la conjunción astral, tenemos a Obama de presidente: lo imposible ha ocurrido. Acaba de declarar que cerrará la infame prisión de Guantánamo: esa última afrenta contra Cuba en la que convierten territorio ocupado en un GULAG, un centro de tortura. El mundo vio eso, Abu Graib, los vuelos secretos de la CIA…, y pienso que en el corazón de los hombres honrados que hay en todas partes no puede levantarse un dedo para juzgar a Cuba y decir: "He aquí a la pecadora universal". También España rompió el maleficio de la infame política de Aznar hacia Cuba. Nuestras relaciones con el mundo quedaron proclamadas una vez más en la votación en Naciones Unidas contra el bloqueo. Se solucionaron los problemas en las relaciones con México. Es un momento favorable. Pero no estamos detenidos; aquí se sigue trabajando. Tal vez algunas cosas no trascienden, pero se va estructurando la necesaria transformación de aquello que ayer fue conveniente y ahora no es prudente; de lo que hasta era útil y ya no lo es. Ya en el concepto de revolución acuñado por Fidel, en el pensamiento que nos ha legado al respecto, está resuelto y amparado lo que tengamos que hacer. Cuba es libre porque ha resistido más allá de toda expectativa.
¿Pero esa conjunción y ese amparo no deberían traer pronto cambios sustanciales?
El general presidente Raúl Castro es el hombre más capaz y preparado para llevar adelante la tarea que le ha tocado realizar. Juntos se formaron –él y Fidel- en la misma realidad de la casa del emigrante que llegó a Cuba como leñador. Juntos fueron a la escuela y después vinieron finalmente a la gran ciudad. Juntos asumieron los riesgos de la revolución y de la sociedad cubana de la época. El más pequeño, Raúl, fue el último en bajar del yate Granma junto con el Che; el único que regresó a Cinco Palmas con las armas completas a encontrarse con Fidel; el fundador del Segundo Frente; también el estructurador del Ejército, esa fuerza tan organizada, probada en mil batallas y capaz de romper la espina dorsal del apartheid a otro lado del mundo; de abrir la celda de Mandela. Raúl enfrentó lo más difícil, que fue ser el dos y no el uno. Fue el más fiel ejecutor y el hermano más fiel a una fraternidad de ideas. Durante largo tiempo tuvo en una cama a su esposa y a otro lado a su líder, jefe y hermano. Y estuvo en los dos lugares. Cuando el pueblo vio la imagen del entierro de Vilma (su esposa), vio a un padre con su familia, a un hombre sensible, capaz de inclinarse y besar una caja de cenizas. Entonces fue menos temido y más amado. Él es el hombre. Hasta sus propios enemigos han reconocido que es el único capaz de conducir este momento de Cuba. Lo que sí está claro es que nunca hará nada que Fidel no haya considerado una necesidad. Ahora bien, en el concepto de revolución está explicada esa posibilidad: hacer en cada momento lo que en cada momento sea necesario. Eso es, a mi juicio, lo que resulta clave. Y es lo que se está haciendo ahora. Lo que ocurre es que todo hay que hacerlo paso a paso. Los ejemplos que tenemos en otras partes del mundo nos demuestran a qué lleva el corre-corre: a la disolución y destrucción de naciones. La destrucción de la Unión Soviética y el campo socialista, los bombardeos de la OTAN, la destrucción de Bosnia-Herzegovina… Además, somos un pueblo hispano.
"Recordemos que Obama no es un revolucionario. No va a cambiar el sistema en lo sustancial; viene a salvarlo. Lo que ocurre es que es un hombre diferente en todo, no es superficial, está preparado y es elocuente; tiene una ética. Quizá puede recordarnos lo que significó Carter para América Latina, con sus intentos sinceros de mejorar la relación con Cuba o los tratados con Torrijos para entregar el canal a Panamá. No puedo albergar sino esperanza. Nosotros trabajamos para cambiar y transformar todo lo que sea posible. Creo que, de hecho, se ha avanzado mucho. Sabemos todo lo que tenemos que hacer. Pero no podemos, bajo ningún concepto, dar un paso en falso. Todo se hará como se tiene que hacer. De lo que estoy seguro es de que Cuba se salvará.
En aquella intervención ante la UNEAC usted habló de los hijos que están fuera. Pero no todos pueden salir. ¿Qué opina de esas restricciones para viajar? Hubo un momento en que pareció que se levantarían…
Hay intelectuales con una opinión más espontánea y pueden expresarse bajo su propia responsabilidad. Yo soy miembro del Comité Central Partido Comunista y no puedo anticipar opiniones porque soy un hombre del partido y de su disciplina. Pero ya que me tienta, le digo que lo que afirmé en la UNEAC es lo que pensaba y lo que pienso; lo mismo que figuras tan importantes como Silvio Rodríguez y otros muchos cubanos. Pero el problema no está sólo en las restricciones que hemos impuesto como resultado de un período de violencia en las relaciones internacionales; se trata también de las restricciones que imponen otros. Conozco aquí a decenas de muchachos que quieren salir inmediatamente y no pueden porque no tienen una visado. Quizás Obama modifique todas esas cosas. Mi hija está en Estados Unidos y no podrá volver a Cuba hasta dentro de tres años. O cuatro, cuando esas leyes infames se derrumben. Pero opino que la revolución, y son palabras de Fidel, solamente puede construirse desde la ideas y la cultura; siempre será una realidad creada por hombres y mujeres libres. Nadie puede estar haciendo a la cañona la revolución, el socialismo o cualquier sistema social. El que quiera irse, que se vaya. Eso es muy importante. Lo que ocurre es que desde fuera no quieren llevarse a todo el mundo, sino a los arquitectos, a los médicos, a los ingenieros, a todo el que este país ha capacitado. Eso también es muy amargo. Cuando mis hijos dijeron que querían abrirse un camino en el mundo, no me opuse; sentí el dolor de que no me acompañaran en mi batalla aquí, pero me siguen acompañando en la distancia. Lógicamente, no me avergüenzo de ellos.
"Obama ganó en la Florida porque ya los jóvenes cubanos allí no piensan como los que se fueron de aquí inicialmente, que no lo hicieron por razones económicas sino por un gravísimo y sangriento compromiso político con el pasado; que sembraron un odio que aún florece pero será derrotado. Al final, los cubanos se abrazarán y se alegrarán todos de tener una patria que ha merecido el respeto del mundo. Lo que pasa es que algunos que han instaurado la filosofía de que ese sueño es inviable; de que ese orgullo nacional que nos viene en gran medida de la sangre española es falaz; quien cree que esta isla está condenada a ser una república bananera, una estación de gasolina en medio del Caribe; que esta isla fue una invención de José Martí; que no tenemos que aspirar a quedar en el puesto 12 o 13 de la Olimpiada. Pero cuando se leen los índices de Naciones Unidas sobre educación, salud, longevidad o mortalidad infantil, uno se pregunta "¿qué ha pasado aquí". Hay quien dice que los cubanos lo critican todo; nosotros somos nuestra propia oposición. Nunca hay un ala derecha y un ala izquierda, como algunos quieren interpretar. No sé en qué ala yo estaría. Porque cuando soy tentado por usted parezco de la extrema izquierda, ja, ja.
Tampoco es para tanto. Pero interpreto que usted defiende que Cuba abra más la puerta.
Lo que creo es que, ya que hemos luchado tanto por la unidad, tenemos que luchar por la pluralidad. Y, sobre todo, por respetar al máximo la diversidad. Creo en el derecho a ser singular; lo soy y trato de serlo, pero dentro de la lealtad. E insisto: cuando la base espuria de Guantánamo sea retirada, cuando se derrumben las anticubanas leyes de Helms-Burton y Torricelli; cuando los cubanoamericanos puedan venir libremente a su tierra y enviar a sus familias lo que les venga en gana del dinero de su trabajo; cuando salgamos de la lista de países que supuestamente favorecen el terrorismo, cuando podamos tener relaciones normales con un país con el que nos ligan tantas relaciones… Cuando eso ocurra, todo será posible. Porque habrá terminado la guerra injusta que libramos. Podemos preguntarnos si (Estados Unidos) no tienen relaciones con Cuba porque somos un país comunista mientras que con China o Vietnam no hay ese problema. Nosotros no tenemos las manos manchadas de sangre norteamericana. No hemos matado soldados de ese país. No tenemos por qué sentirnos orgullosos de que un candidato a la presidencia de EE.UU. cayera prisionero porque derramara la sangre de cientos de miles de vietnamitas lanzando toneladas de bombas sobre una sociedad abierta y en un pueblo que triunfó y con el que ahora tiene relaciones armónicas pero dejó allí sesenta mil tumbas. En Cuba, no; ni una sola. Con los norteamericanos compartimos una Historia en gran parte común, la música, el deporte. Recuerdo aquel gran partido de béisbol al que fuimos invitados. Fue en un gran estadio y a mí me recordaba al teatro romano, con los senadores viendo a los gladiadores traídos de la isla. Y, sin embargo, ganamos.
-- JULIO CONCEPCION GONZALEZ
PRIMER SECRETARIO OFICINA DE PRENSA
EMBAJADA DE CUBA REPUBLICA DOMINICANA
http:// embacu.cubaminrex.cu/dominicana
Cinco cubanos antiterroristas llevan ya 10 años encarcelados, mientras un terrorista confeso, Luis Posada Carriles, es puesto en libertad.
www.antiterroristas.cu
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