VARIAS NOTAS DE LA EMBAJADA DE CUBA EN DOMINICANA

Reseñas sobre la visita a Cuba del Presidente de Panamá




Sostienen conversaciones oficiales Raúl y Martín Torrijos




El General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y el señor Martín Torrijos Espino, Presidente de la República de Panamá, presidieron la tarde de este lunes, en el Palacio de la Revolución, las conversaciones oficiales como parte de la visita que realiza a Cuba el máximo dirigente de la hermana nación centroamericana.
El encuentro reafirmó el buen estado de las relaciones entre los dos pueblos y gobiernos, y el propósito de trabajar para continuar reforzándolas en lo adelante.
En un ambiente cordial y amistoso, ambos mandatarios intercambiaron sobre las tareas que acometen sus países en los campos económico, social y político, en medio de la compleja situación internacional actual y de las consecuencias del cambio climático. También examinaron el desarrollo de las relaciones bilaterales e intercambiaron acerca de otros asuntos multilaterales y regionales, así como sobre algunos de los más importantes temas internacionales.
El Presidente Martín Torrijos transmitió una felicitación a nuestro pueblo por la conmemoración del aniversario 50 de la Revolución. Agradeció la colaboración cubana en la formación de médicos panameños, de los cuales los primeros graduados ya se encuentran trabajando en su país.
Raúl elogió la calidad humana de los graduados y su disposición a trabajar en lugares apartados. Trasmitió, en nombre de nuestro pueblo, el agradecimiento a Panamá por la solidaridad mostrada y la ayuda recibida tras el paso de los huracanes y explicó sucintamente sus consecuencias. Se interesó además por conocer las características de los buques que podrán cruzar el Canal cuando concluya su ampliación, y el significado que ello tendrá para la economía panameña.

Condecora Raúl al Presidente de Panamá con la Orden José Martí
Recibió en nombre de Fidel la Orden General de División Omar Torrijos, grado de Gran Cruz
Arnaldo Musa
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz, impuso la Orden José Martí, máximo galardón que otorga nuestra nación, al Presidente de Panamá, Martín Torrijos Espino, en un acto realizado anoche en el Palacio de la Revolución.
En la misma ocasión, el mandatario panameño, por conducto del Presidente cubano, entregó la Orden General de División Omar Torrijos Herrera, Grado de Gran Cruz, al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Raúl expresó que el gesto de recibir la orden con el nombre de Omar Torrijos Herrera para Fidel es agradecido por los cubanos por su significado histórico, como una muestra de amistad hacia el pueblo de Cuba y expresión de los sentimientos de hermandad y solidaridad que nos unen.
Recordó que en su batallar incansable en defensa de la soberanía de Panamá, Omar Torrijos legó una huella imperecedera en la historia de nuestro continente.
En palabras de agradecimiento por la alta condecoración cubana, Martín Torrijos Espino dijo que la orden lleva el nombre de uno de los hombres más extraordinarios de América Latina y, dirigiéndose al Presidente cubano, expresó que para él tiene un especial significado entregarle, por su conducto, a Fidel la condecoración de la Orden General de División Omar Torrijos Herrera, y rememoró que cuando Cuba se encontraba sometida al aislamiento diplomático, su padre, por considerarlo una vergüenza hemisférica histórica, decidió reanudar las relaciones y vino a la Isla en un gesto considerado audaz.
Al argumentar el porqué del galardón, José Miyar Barrueco, secretario del Consejo de Estado, destacó que la presencia de Martín Torrijos Espino en la conducción del país ha determinado un cambio de relaciones entre ambas naciones, y apuntó que se reconocen los grandes méritos y valores que hicieron que su pueblo lo eligiera Presidente con la más alta votación en la historia de su país.
Dijo que la batalla librada junto al General Torrijos fue de trascendencia histórica en la devolución del Canal a la soberanía panameña. "En ese proceso histórico y revolucionario de su pueblo dirigido por Omar Torrijos, no hubo figura política más destacada, firme, solidaria, hermanada en los sentimientos en la lucha de su pueblo que nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro", recordó Miyar Barrueco.

Omar Torrijos vive
Martín Torrijos Espino, Presidente de Panamá, y José Ramón Machado Ventura, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, develaron en La Habana un monumento al General Omar Torrijos, el hombre que logró la independencia definitiva panameña, e implementó un programa social con justicia y participación popular.
Así lo valoró su colaborador, doctor Adolfo Ahumada, en emocionado discurso, en el cual subrayó los estrechos lazos que Torrijos estableció con nuestra Patria, su amistad con Fidel y sus sentimientos hacia Cuba, como el que recoge el monumento erigido en el parque vedadense de G y 21: "Cada hora de aislamiento que sufre el hermano pueblo de Cuba constituyen sesenta minutos de vergüenza hemisférica".
En una intervención inicial, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, expresó que el acto tiene grabados valores simbólicos, porque el hombre que decidió los destinos de Panamá, tiene el extraño privilegio de aparecer ahora ante nosotros, continuado en las ideas y en la sangre, pues aquí están su hijo y sus nietos.
En el acto de develación del monumento, obra del escultor Andrés González, se entregó al mandatario panameño una obra del artista de la plástica cubana Dausell Valdés Piñeiro. Estudiantes panameños de la escuela Latinoamericana de Medicina bailaron un pasillo y el cantautor de la hermana nación Rómulo Castro interpretó Omar vive.

Quiero dejar plasmada la gratitud imperecedera que le tenemos los panameños al Comandante Fidel Castro
Palabras pronunciadas por Martín Torrijos Espino, Presidente de la República de Panamá, al recibir la Orden "José Martí" , otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba, en el Palacio de la Revolución, el 5 de enero del 2009, "Año del 50 aniversario del triunfo de la Revolución".
(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)
Señor Presidente y amigo:
Ante todo quiero decirle que para mí constituye un singular privilegio estar en Cuba en medio de las conmemoraciones del cincuentenario de su Revolución.
Al recibir la condecoración de la Orden "José Martí" , le agradezco a Cuba, al Consejo de Estado, a usted, la distinción, que produce una emoción especial que deseo compartir con los presentes. Me siento, junto con todos los panameños, muy honrado en ostentar la orden de uno de los hombres más extraordinarios de nuestra América Latina.
Con justa razón, a José Martí se le compara al fenómeno de ver la luz, y como todo tiempo está hecho de luz y sombras, hay seres que son fuentes luminosas para que otros hombres puedan ver el camino. Ese es José Martí, sin lugar a ninguna duda, el más alto y grande de los pensadores cubanos, un patriota en todo sentido: en organizar las ideas, en llevarlas a la práctica social y política y transformar la realidad como él supo hacerlo. Solo el dato de haber vivido algo más de 42 años, desde el día viernes 28 de enero de 1853 al domingo 19 de mayo de 1895, y haber legado una obra tan extraordinaria sobre su patria, América y la humanidad, aún nos asombra y nos conmueve.
Podemos admirar a Martí en cada una de sus proyecciones y en todas ellas su aporte trascendente: como maestro, como escritor, como político, como intelectual de acción, como forjador de la guerra libertaria, como hombre inmenso y visionario que tanto amó a su patria.
Parodiando su propio lenguaje, si pudiéramos mirar dentro de él, encontraríamos tanto valor que equivaldría a un millón de hombres. No solo fue el padre de la independencia de Cuba, sino que nos pertenece a todos, porque es también uno de los próceres de la libertad y de la independencia americana. Con razón Cuba se siente tan orgullosa de un hijo como José Martí.
Por ello, estimados amigos, quiero agradecer, a nombre de Panamá, la alegría que da Cuba. ¡Gracias por su solidaridad de siempre! ¡Gracias por hacernos portadores de la Orden "José Martí"!
Me conmueve recordar que el 21 y el 22 de junio de 1894, a menos de 11 meses de su caída en combate en Dos Ríos, con pasos presurosos y sus sueños ardientes, estuvo en nuestro Panamá, en aquellos días de la intensa lucha por la libertad y la independencia cubanas.
Señor Presidente y amigo:
Para mí tiene un especial significado entregarle, por su conducto, al Comandante Fidel Castro Ruz, en una época llena de evocaciones históricas, la condecoración de la Orden General de División "Omar Torrijos Herrera".
Cuando Cuba se encontraba sometida a un aislamiento diplomático, mi padre, el general Torrijos, por considerarlo una vergüenza hemisférica, decidió reanudar las relaciones entre nuestros países. Vino a Cuba cuando aquello constituía, por decir lo menos, un acto de audacia, de desafío a la corriente que entonces arrastraba las relaciones internacionales. Por ello quise venir a testimoniarle a su pueblo el afecto y la admiración de los panameños. No encontré mejor forma de hacerlo que otorgándole al Comandante Fidel Castro la condecoración que lleva el nombre de quien normalizó, hace casi 32 años, las relaciones entre nuestros países. Y se la otorgamos a un dirigente que ha sido ejemplo de valentía, de tesón, de lealtad a sus principios y una inmensa solidaridad con Panamá.
Y, además, quiero, en lo personal, dejar plasmada la gratitud imperecedera que le tenemos los panameños al Comandante Fidel Castro por su solidaridad en los momentos difíciles, por su afecto, por sus consejos, por el afecto que le profesó a mi padre, por la deferencia con que nos ha distinguido.
Tampoco podemos olvidar nunca que, desafiando más que medidas de seguridad en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá, el Comandante Fidel, solo con una flor en la mano, fue a visitar la cripta que guardaba las cenizas de su entrañable amigo Omar Torrijos. Él no hizo concesión alguna cuando se trató de reivindicar los derechos panameños por el canal y por nuestra independencia. Por eso hoy somos una nación plenamente soberana, libres y únicos dueños del canal.
En el Comandante Fidel reconocemos una vida dedicada a su patria y a su pueblo. Desde Panamá hemos venido con alegría, con afecto, a expresarle nuestra amistad. Por ello siento gran satisfacción en poder entregarle la condecoración de la Orden General de División "Omar Torrijos Herrera", en grado de Gran Cruz Extraordinaria, al Comandante Fidel Castro Ruz en el mismo día en que Cuba le dedica a Panamá y a Omar Torrijos un monumento a la hermandad entre nuestros dos pueblos.
Muchas gracias (Aplausos).


Raúl Castro anuncia la creación de una gran industria estatal que ofrezca los materiales para que los cubanos se construyan sus casas

Agencias

El presidente de Cuba, Raúl Castro, informó que el estado cubano venderá el terreno y los materiales y los interesados se encargarán de levantar sus propias casas. Para ello el Estado cubano planea crear una gran industria de materiales que sea capaz de abastecer las necesidades de los ciudadanos que quieran construir su hogar. Así lo sostuvo mientras realizaba un recorrido en la provincia oriental de Santiago de Cuba donde se construyen 100 casas donadas por el gobierno de Venezuela a la isla.
Castro señaló que no hay que prohibirles a los cubanos construir, sino que hay que "decirles, bueno aquí se puede construir, y usted tiene tanto de espacio, y deje este ancho para que por aquí pase una calle un día, y por ahí una acera, y que hagan su casita con lo que puedan".
"Aquí lo que hay que hacer es cientos de miles de casas, por eso quiero el árido y la fábrica de cemento y vamos a hacer de verdad la base industrial para desarrollar la vivienda, ¡ya está bueno, vamos a hacerla de verdad!", dijo Castro.
Cuba se enfrenta a una grave crisis habitacional, agudizada este año por tres poderosos huracanes que afectaron medio millón de viviendas y dejaron pérdidas por 10.000 millones de dólares. Según Raúl Castro, el país tardará entre tres y seis años en recuperarse de estos daños.

¿Cuántos disidentes hay en Cuba?

Juan Carlos Camaño

Ya causa asco tanto medio masivo de comunicación ajustando la mira, las veinticuatro horas, para indagar sobre lo que ocurre en Cuba, por qué ocurre y para qué. Indagar y ventilar, sin respiro, acerca de un país de aproximadamente doce millones de habitantes; en un mundo que arde con seis mil trescientos millones de personas adentro. Hoy, más precisamente, con la reiteración del ejercicio genocida con que el Estado de Israel –arropado por EE.UU.- machaca la franja de Gaza y al pueblo palestino.
Aparece un disidente, o una disidente –posando como una modelito, toda de negro y tacones-, en Cuba, y ahí van la cámara y el micrófono, para que todos se informen, para que no falte el pan de cada día: Cuba, esto y aquello. Castro, esto y más cual. Y a cargar el dado, sin piedad y sin decoro. Cosas que tampoco se les pide.
Una bloguera es disidente y allí el foco. Una "escritora" es disidente y detrás de ella –ávidos y amaestrados por sus patrones- corren los corresponsales, en La Habana, Madrid y Miami.
En el mundo, en este mundo, plagado de capitalismo inhumano, de financistas estafadores, de asesinos uniformados, de hambreadores ricos y famosos, hay más de tres mil millones de personas en la pobreza. Y más de mil millones de gentes harapientas, sarnosas, humilladas, analfabetas, echadas a revolver la mierda ajena para encontrar un átomo de algo que se asemeje a la comida.
En Estados Unidos –hablamos de las tripas de la podredumbre sistémica- existen cincuenta millones de seres humanos disputándose un lugar entre la pobreza y la indigencia; muchos de ellos durmiendo a la intemperie, "alimentándose" de los basureros municipales: viviendo el dolor de no ser casi nada, nadie. ¿Serán disidentes, o acordarán con el régimen político, económico y social que los trata como escorias?
Sin embargo la mirilla está puesta en Cuba, en un grupito de disidentes, alentados por mafiosos disfrazados de "organizaciones no gubernamentales".
¿Más de mil millones de analfabetos estarán de acuerdo con los que le arman el calvario, y también la cruz para la resignación?
¿No hay ni un, o una, disidente entre más de tres mil millones de vejados? ¿Tampoco hay ninguno entre miles de millones de explotados laboralmente? ¿Ninguno entre casi trescientos millones de hombres y mujeres sin empleo? ¿De qué escapan millones y millones de inmigrantes –de África, Latinoamérica, Asia y los países de Europa del Este- sino del sin futuro y de un presente insultante? ¿No hay responsables de esta carnicería planetaria? ¿Dónde está la mirilla telescópica mediática? ¿Por qué no revela, con lujo de detalles, quiénes son y cuánto llevan ganado las empresas yanquis en la "reconstrucción" de la ex Yugoslavia, parte de Irak y lugares de África y Asia supuestamente afectados por fenómenos de la naturaleza? ¿Quién puede acordar con semejante hoguera, sino un cómplice intelectual o material de la misma?
Pero la lente, el micrófono y la babosa periodística recorre carroñera las calles de La Habana, buscando –libremente- al personaje para la foto que se desplegará por el mundo. ¿Periodismo mercenario? ¿Independiente? ¿Ignorante? ¿Ideológica y políticamente orquestado? De todo un poco.
Más de un millón de disidentes, enfrentados a la invasión de EE.UU. a Irak y Afganistán fueron masacrados por el ejército más sofisticado y criminal de la tierra; en una historia tan reciente como nauseabunda: en la que las principales figuras de un gobierno y de sus fuerzas armadas son denunciadas –dentro de una lucha facciosa al interior de EE.UU.- por mentir, estafar, delinquir, torturar, usurpar, y asesinar.
Millones de personas disienten y no aparecen, vestidos para la ocasión –de negro y de tacones-, ni en la tele ni en las fotos de los diarios. A veces sí, pero como "una masa informe", generalmente acusada de provocar aquello que ahora se denomina "caos vehicular".
Un sistema puesto como una ametralladora delante de miles de millones de seres humanos es una noticia vieja, sin pena ni gloria. Además, se trata de genocidios habituales, un tanto aburridos; siempre los mismos asesinos, siempre las mismas víctimas. Mejor, hablar de Cuba, de los hermanos Castro, de una bloguera, de una "escritora", de cierto amigo de Vargas Llosa que está incómodo, de uno que levanta la voz, luego de caminarse de ida y vuelta -recibiendo instrucciones-, los pasillos de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, cita en La Habana, a orillas del malecón. Una bloguera cubana, una "escritora" cubana, posando como una modelito, son las "voces de los que no tienen voz". ¡Cuánto desprecio por la inteligencia humana!
Aun con la ametralladora de su lado, el "periodismo verdad" le teme a las ideas. Y, aunque no lo diga, le tiene pavura al –todavía- "silencio" de miles de millones de personas que, desde hace largo rato, se han echado a andar buscando trabajo y comida, y llevando en sus entrañas una disidencia que, a no dudarlo, será justicia.

Juan Carlos Camaño es presidente de la
Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).

-- JULIO CONCEPCION GONZALEZ
PRIMER SECRETARIO OFICINA DE PRENSA
EMBAJADA DE CUBA
REPUBLICA DOMINICANA

Cinco cubanos antiterroristas llevan ya 10 años encarcelados, mientras un terrorista confeso, Luis Posada Carriles, es puesto en libertad. http://www.antiterroristas.cu/