La Reuters encabezó ayer la lista de las agencias internacionales de noticias que presentan a Pedro Miret y a Osmany Cienfuegos como figuras históricas destituidas por Raúl Castro.
Le sigue en orden la EFE, que textualmente afirma: "fueron destituidos como Vicepresidentes del Consejo de Ministros el pasado 2 de marzo".
El pretexto para esta intriga, ampliamente divulgada en el mundo, fue la publicación en la Gaceta Oficial, el día 24 de marzo, del Decreto sobre la reestructuración del Consejo de Ministros del Gobierno de Cuba, aprobado el día 2 de este mes.
Pedro Miret es un magnífico compañero, con grandes méritos históricos al que todos respetamos y por el que siento gran afecto. Hace varios años, por razones de salud, no puede ocupar cargo alguno. La lenta instalación de su enfermedad dio lugar al cese progresivo de su actividad política. No es justo presentarlo como un "destituido", sin consideración alguna.
Osmany Cienfuegos, hermano de Camilo, realizó importantes tareas, no solo como Vicepresidente del Consejo de Ministros, sino también como miembro del Partido o cumpliendo instrucciones mías cuando era Comandante en Jefe. Fue siempre y es revolucionario. Sus funciones fueron cesando progresivamente, desde mucho antes de que yo enfermara. Ya no ejercía como Vicepresidente del Consejo de Ministros. El compañero Raúl Castro, Presidente del Consejo de Estado, no tiene responsabilidad alguna en esto. Se trataba, en ambos casos, de trámites simplemente legales.
Reuters y EFE son dos de las agencias occidentales más cercanas a la política imperialista de Estados Unidos. La segunda a veces se comporta peor, aunque es mucho menos importante que la primera.
Haciendo uso de una técnica habitual, EFE toma las palabras de Joaquín Roy, director del European Union Center, de Miami, para publicar en otro cable del 24 de marzo, lo siguiente: "Se ha redescubierto a España como país clave en ciertas regiones del mundo de interés para Estados Unidos como América Latina y en particular, en dos países: Cuba y Venezuela".
De inmediato EFE añade: "El experto consideró que el mayor interés de Estados Unidos, más que presionar para la apertura, los cambios, etcétera, es la estabilidad en la Isla.
"Desde hace años, explicó, los estudios de las agencias de seguridad estadounidenses no señalan a Cuba como una amenaza militar, sino que permanecen atentos al desarrollo de cambios para evitar que las eventuales fricciones internas puedan desestabilizar la región.
"A Estados Unidos no le interesa que el resultado de la apertura sea una guerra civil en Cuba.
"La Unión Europea y España, según Roy, no tienen inconveniente en trabajar conjuntamente con Estados Unidos pero, ‘con cautela’ para que no se dé a entender o se les acuse desde Cuba, de que siguen la guía de Washington".
Más claro ni el agua: las ideas del viejo imperio español en muletas, tratando de ayudar al corrupto, tambaleante y genocida imperio yanqui.
Nada han aprendido la superpotencia de Estados Unidos y la minipotencia española de la heroica resistencia de Cuba a lo largo de más de medio siglo.
Fidel Castro Ruz
Marzo 25 de 2009
3 y 02 p.m.
Marzo 25 de 2009
3 y 02 p.m.
26 de marzo de 1959: cinco décadas junto al pueblo
Organismos de Seguridad con raíces rebeldes
“Los organismos de seguridad del Estado revolucionario, con la eficaz ayuda de los Comités de Defensa de la Revolución y de todo el pueblo, destrozaron estos planes de la CIA, y ello sin dudas constituyó otra brillante victoria de la Revolución. Nuestro pueblo respondió contundentemente a cada una de las agresiones del imperialismo.”
Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz
Informe Central al Primer Congreso del Partido
Pedro Etcheverry Vázquez
Durante los cincuenta años transcurridos desde el Primero de Enero de 1959, nuestros servicios de seguridad, con el apoyo decisivo del pueblo y como parte indisoluble de este, han derrotado sistemáticamente los programas subversivos que la comunidad de Inteligencia norteamericana ha fraguado para derrocar el proceso revolucionario cubano.
Planes de atentados contra nuestros principales dirigentes, guerra psicológica, bombardeos a ciudades, aeropuertos, centrales azucareros y campos de caña, sabotajes a la economía, invasiones militares, infiltraciones de grupos terroristas, bandas de alzados, lanzamiento de armas y explosivos, espionaje e introducción de plagas y enfermedades. En resumen, todas las formas de actividad subversiva conocidas. Sin embargo, a pesar de los daños humanos y materiales causados, las intenciones de destruir la Revolución se han estrellado contra la unidad de los cubanos en torno al Partido, a Fidel, a Raúl, a nuestras invictas Fuerzas Armadas Revolucionarias y al Ministerio del Interior.
Las raíces fundacionales de nuestros servicios de seguridad se encuentran presentes desde diciembre de 1956, durante los primeros momentos de la lucha en las montañas orientales contra la tiranía batistiana. Algunas de las que luego se convirtieron en importantes misiones de estos servicios, como la protección de la vida del Jefe de la Revolución, fueron cumplidas inicialmente por Juan Almeida Bosque, Universo Sánchez Álvarez, Faustino Pérez Hernández y sus más cercanos compañeros, en el incipiente grupo guerrillero del Movimiento Revolucionario 26 de Julio en la Sierra Maestra.
Un hecho que marca un hito en esta historia, quedó definido el 20 de abril de 1958, en un informe firmado por el entonces comandante Raúl Castro Ruz y dirigido a Fidel, donde señalaba:
"Creo el Cuerpo de Oficiales de la Inteligencia Rebelde que de gran utilidad nos ha sido hasta la fecha en todos los órdenes, pues son los que se encargan de los interrogatorios de los detenidos, hacer croquis de los puntos que en el futuro pueden ser objeto de un ataque nuestro; de dirigir nuestro servicio de inteligencia y espionaje, instruyendo a sus miembros de todos los trabajos especiales que se presentan."
Y agregaba que "estamos perfeccionando el cuerpo de oficiales de Inteligencia Rebelde (I.R.) que tiene bajo su mando el S.O.C., o sea, el Servicio de Observación Campesina y otras dependencias más de este tipo" . El teniente Arturo Lince González, desde la Comandancia Central, fungía como jefe de este servicio, que buscaba información sobre la ubicación, el armamento y la moral de las hordas batistianas.
El 22 de agosto de ese mismo año, cuando el Ejército Rebelde había derrotado la Ofensiva de Verano del Ejército de la dictadura, y se disponía a extender la guerra de liberación al resto del territorio nacional, el comandante Raúl Castro firmó un decreto ordenando la creación del Servicio Secreto del Estado Mayor del Ejército Revolucionario 26 de Julio, en el Segundo Frente Oriental Frank País, bajo el mando del capitán Augusto R. Martínez Sánchez, que se dedicaba a "observar, investigar e informar" sobre todo lo que pudiera afectar la seguridad de las fuerzas rebeldes. Así funcionaron estos servicios de seguridad hasta el triunfo de la Revolución.
El 14 de enero de 1959, por indicaciones del máximo líder de la Revolución, fue concebido el Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde, que se encargaría de investigar los crímenes de los esbirros de la tiranía y preservar los intereses de nuestro pueblo. Al día siguiente, la orden que creaba oficialmente el DIER fue firmada por el comandante René de los Santos Ponce, designado al frente de esa institución, con el comandante Abelardo Colomé Ibarra (Furry), como jefe de Operaciones. En sus inicios, la jefatura del DIER funcionó en un local ubicado cerca de la pista del aeropuerto, en el antiguo campamento militar de Columbia, hoy Ciudad Escolar Libertad.
Los primeros combatientes que se integraron a esta institución procedían de las principales organizaciones revolucionarias que participaron en la lucha guerrillera y la clandestinidad: el Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Otros salieron directamente de las filas de la clase obrera y del campesinado. En general, muchos de sus fundadores contaban con un bajo nivel cultural y solamente disponían de las experiencias adquiridas durante la guerra de liberación y la lucha clandestina. La falta de conocimientos técnicos y profesionales, fue suplida por la entrega total a la causa que defendían. La lealtad a Fidel y a la Revolución, el respeto a la integridad humana y la ética en el trato a los detenidos, y el patriotismo, la solidaridad, la modestia, la sencillez, la honestidad, el espíritu de sacrificio y la ejemplaridad de sus hombres y mujeres, unidos a una disciplina férrea y una incansable laboriosidad, coronadas con un gran optimismo y una profunda fe en la victoria, constituyeron la clave del éxito en aquellos momentos iniciales.
A principios de marzo de 1959, cumpliendo indicaciones de Fidel, se materializó la idea de fusionar el DIER, el G-2 de la Policía Nacional Revolucionaria (G-2 PNR) creado en enero, y el Buró de Investigaciones Navales (BIN) —un aparato heredado de la tiranía batistiana— para constituir una sola institución que respondiera a los intereses del pueblo. El 26 de marzo de ese mismo año, los tres servicios de seguridad existentes quedaron unidos oficialmente en un solo cuerpo que conservó el nombre de DIER. El designado para asumir su mando fue el comandante Ramiro Valdés Menéndez.
Desde sus inicios, Fidel, Raúl y Camilo Cienfuegos dedicaron una especial atención a la labor de esta institución. Fidel dirigió personalmente muchas de las operaciones de inteligencia y contrainteligencia, que se realizaron para descubrir y neutralizar los planes encubiertos del gobierno de Estados Unidos y sus servicios de subversión y espionaje. Sirva como ejemplo el exitoso y creador juego operativo con el que se frustró, en agosto de 1959, la primera gran conjura contrarrevolucionaria en la que actuó como testaferro del imperialismo norteamericano el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. En esta etapa también tuvieron una participación muy importante el comandante Manuel Piñeiro Losada y los capitanes Joaquín Méndez Cominches, Eliseo Reyes Rodríguez (San Luis), José María Martínez Tamayo (Papi), Orlando Pantoja Tamayo (Olo) y el primer teniente Enio Leyva Fuentes, entre otros.
El 16 de octubre de 1959, mediante el Artículo 4 de la Ley No. 600, fue creado el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) y el comandante Raúl Castro fue nombrado como ministro. Inmediatamente el DIER asumió la nomenclatura de Departamento de Información e Investigaciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (DIIFAR), que bajo el mismo mando continuó a cargo del enfrentamiento y derrota de las actividades subversivas. A finales de este año entró a desempeñar un papel importante el compañero Aníbal Velaz Suárez y más tarde Luis Felipe Denis Díaz, entre otros. A mediados de 1960, la jefatura de esta institución adoptó el nombre de Dirección de Inteligencia G-2 y sus estructuras en las provincias el de Departamento de Información G-2 MINFAR. Así funcionó hasta la primera mitad del año siguiente.
Esta estructura contribuyó al aniquilamiento de los planes de la Agencia Central de Inteligencia para crear una quinta columna en todo el país, y especialmente en las zonas montañosas de la región central, que actuara como un frente contrarrevolucionario interno en apoyo a la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, la que fue derrotada en menos de 72 horas en las arenas de Playa Girón, mediante una fulminante operación militar con fuerzas conjuntas del Ejército Rebelde, las Milicias y un Batallón de la Policía Nacional Revolucionaria.
El 6 de junio de 1961, el Consejo de Ministros del Gobierno Revolucionario promulgó la Ley 940, que constituyó oficialmente el Ministerio del Interior. El comandante Ramiro Valdés fue designado al frente de este organismo. Con la creación de esta nueva institución, las fuerzas y medios de la Dirección de Inteligencia G-2 del MINFAR pasaron al MININT con la nomenclatura de Departamento de Seguridad del Estado (DSE). El capitán Isidoro Malmierca Peoli fue su primer jefe.
Desde entonces, el DSE, junto a otras Direcciones del MININT y la Dirección de Contrainteligencia Militar de las FAR, creada el 7 de noviembre de 1962 mediante la Orden No. 07 del comandante Raúl Castro Ruz, como integrantes de los servicios de seguridad cubanos, han continuado a cargo del enfrentamiento a las diferentes modalidades de agresión.
Nuestros servicios de seguridad se han ido fortaleciendo con el ingreso de sucesivas generaciones de jóvenes cada vez más preparados, y permanecen al cabo de cinco décadas en la misma trinchera de combate junto a su pueblo, al compañero Fidel y a Raúl, en defensa de las conquistas de nuestra Revolución Socialista. Sus estrechos vínculos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y las organizaciones políticas y de masas —principalmente los Comités de Defensa de la Revolución— continúan siendo la piedra angular de su accionar, en el enfrentamiento a los proyectos subversivos de los servicios de inteligencia norteamericanos y las organizaciones terroristas anidadas en la Florida.
En los cincuenta años transcurridos, un centenar de combatientes de los servicios de seguridad cubanos han ofrendado sus vidas en defensa de nuestra soberanía nacional, en honrosas misiones internacionalistas y cumpliendo arriesgadas tareas en las entrañas de organizaciones contrarrevolucionarias, para proteger a nuestro pueblo de sus acciones terroristas.
A todos los caídos, a los que han dado lo mejor de sí en el enfrentamiento al enemigo, y a Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René, nuestros Cinco Héroes prisioneros injustamente en cárceles norteamericanas por luchar contra el terrorismo, nuestro pueblo dedica hoy el más sincero homenaje de admiración y respeto.
Actualidad y magisterio de José Martí
Más que una respuesta vindicadora
Gustavo Robreño Dolz
"Es probable que ningún cubano que tenga en algo su decoro desee ver su país unido a otro donde los que guían la opinión comparten respecto a él las preocupaciones sólo excusables a la política fanfarrona o la desordenada ignorancia. Ningún cubano honrado se humillará hasta verse recibido como un apestado moral, por el mero valor de su tierra, en un pueblo que niega su capacidad, insulta su virtud y desprecia su carácter."
Son estas palabras extraídas de Vindicación de Cuba, la contundente respuesta enviada por José Martí al ultrajante artículo publicado por The Manufacturer, de Filadelfia (16 de marzo de 1889), y reproducido parcialmente días después (21 de marzo de 1889) por The Evening Post, de Nueva York. Al editor de este último, E. J. Godkin, va dirigida la misiva de Martí, que fue insertada en la edición del día 25 de ese propio mes.
Bajo el título de "¿Queremos a Cuba?" apareció el libelo de The Manufacturer, respondido por el texto martiano, que puede considerarse como uno de los más importantes de aquellos años de preparación ideológica y organización política con vistas al lanzamiento de la guerra necesaria. No es el único, sin embargo, donde se refiere de manera clara y precisa a la eventual anexión de Cuba a Estados Unidos que, junto al autonomismo, sumaban los dos peligros avizorados por el Apóstol como encaminados a desviar a Cuba de su lucha inmediata por la independencia de España y la posterior instauración de una República "con todos y para el bien de todos".
Vindicación de Cuba resulta, por tanto, no solo la respuesta enérgica y viril a los ofensores —que curiosamente representaban orientaciones políticas diferentes en el escenario doméstico estadounidense y coincidían en el insulto anticubano—, sino es una de las ocasiones donde Martí fija públicamente su posición en relación con el manido tema, que ya había sido expuesta con anterioridad y lo será después, hasta la carta inconclusa a Manuel Mercado, considerada como su testamento político.
A la vez que señala a los autores del ultraje que "no somos los cubanos ese pueblo de vagabundos míseros o pigmeos inmorales a que The Manufacturer le place describir", realiza una apasionada defensa de los trabajadores cubanos que, en ese país, "han levantado, con el trabajo de las manos y la mente un hogar virtuoso en el corazón de un pueblo hostil; los que por su mérito reconocido como abogados, artistas, periodistas, oradores y poetas, como hombres de inteligencia viva y actividad poco común se ven honrados dondequiera que ha habido ocasión para desplegar sus cualidades y justicia para entenderlos¼ ".
Esos cubanos no desean la anexión, no la necesitan —afirma Martí—, pues aunque admiran a esa nación "desconfían de los elementos funestos que, como gusanos en la sangre, han comenzado en esta República portentosa su obra de destrucción".
Sin olvidar los días gloriosos de la Guerra de los Diez Años, les recuerda que "hemos sufrido impacientes bajo la tiranía; hemos peleado como hombres y a veces como gigantes para ser libres" y justamente precisa que "merecemos en la hora de nuestro infortunio, el respeto de los que no nos ayudaron cuando quisimos sacudirlo".
Porque el alegato martiano es también un sentido homenaje a esos "jóvenes de ciudad, y mestizos de poco cuerpo que supieron levantarse un día contra un gobierno cruel, pagar su pasaje al sitio de la guerra con el producto de su reloj y de sus dijes, vivir de su trabajo mientras retenía sus buques el país de los libres en interés de los enemigos de la libertad, obedecer como soldados, dormir en el fango, comer raíces, pelear diez años sin paga, vencer al enemigo con una rama de árbol, morir —estos hombres de diez y ocho años, herederos de casas poderosas, estos jovenzuelos de color de aceituna—, de una muerte de la que nadie debe hablar sino con la cabeza descubierta; murieron como esos otros hombres nuestros que saben, de un golpe de machete, echar a volar una cabeza¼ ".
Cargando nuevamente sobre los anexionistas, y referido a la Guerra Grande, dice que "a nosotros nos debilitó la demora, no demora causada por la cobardía, sino por nuestro horror a la sangre, que en los primeros meses de la lucha permitió al enemigo tomar ventaja irreparable, y por una confianza infantil en la ayuda cierta de los Estados Unidos".
Como excepcional y profundo analista de la realidad norteamericana de entonces, apunta que los cubanos "no pueden creer honradamente que el individualismo excesivo, la adoración de la riqueza y el júbilo prolongado de una victoria terrible, estén preparando a los Estados Unidos para ser la nación típica de la libertad, donde no ha de haber opinión basada en el apetito inmoderado de poder, ni adquisición o triunfos contrarios a la bondad y a la justicia". Incluye aquí su histórica frase: "Amamos a la patria de Lincoln, tanto como tememos a la patria de Cutting".
Martí concluye premonitorio: "La lucha no ha cesado (¼ ) Sólo con la vida cesará entre nosotros la batalla por la libertad", y añade: "Es la verdad triste que nuestros esfuerzos se habrían, en toda probabilidad, renovado con éxito, a no haber sido, en algunos de nosotros, por la esperanza poco viril de los anexionistas, de obtener la libertad sin pagarla a su precio y por el temor junto de otros, de que nuestros muertos, nuestras memorias sagradas, nuestras minas empapadas en sangre, no vinieran a ser más que el abono del suelo para el crecimiento de una planta extranjera, o la ocasión de una burla para The Manufacturer, de Filadelfia".
La digna respuesta martiana fue reproducida posteriormente bajo el título "Cuba y los Estados Unidos" por "El Avisado Hispano-Americano", acompañado de una Nota Introductoria del Apóstol.
Vindicación de Cuba se convirtió en documento fundamental para el estudio de la idea martiana con respecto a la anexión de Cuba a Estados Unidos, a la vez que daba cabal respuesta a las expresiones racistas de sus autores y exponía los sentimientos que podría albergar la población cubana sobre la Unión Norteamericana, siempre que esta relación fuera establecida en pie de igualdad, con fraternidad pero estricto respeto mutuo.
En este aspecto, como en tantos otros, el magisterio martiano sigue siendo convincente y actual.
Cuba prueba la vacuna contra el cáncer de pulmón en pacientes de 3 países
Cuba realizó ensayos clínicos con 800 pacientes de Canadá, Gran Bretaña y Malasia para probar una vacuna terapéutica que controla la progresión del cáncer de pulmón, dijo el sábado la prensa estatal.
La industria farmacéutica local registró el año pasado exportaciones que ascendieron a 350 millones de dólares en ventas, según cálculos oficiales.
"El objetivo principal (de la vacuna) es tratar de mantener el tumor controlado por largos períodos de tiempo, demorando en lo posible su progresión", dijo Tania Crombet, directora de investigaciones clínicas del estatal Centro de Inmunología Molecular (CIM).
El producto, denominado CIMAvaxEGF, fue obtenido por un grupo de científicos del CIM, en cooperación con expertos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana.
Crombet dijo que la aplicación de la vacuna no sustituye el uso de radiaciones, ni citostáticos, y señaló que el producto se ha ensayado inicialmente en pacientes aquejados de tumores avanzados, según explicó al diario oficial Granma.
La doctora sostuvo que los ensayos clínicos también se están realizado en 20 hospitales de la isla con "resultados alentadores".
El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más frecuentes y mortales entre las neoplasias malignas.
De los laboratorios en Cuba han salido vacunas contra la meningitis B y C, la leptospirosis, la fiebre tifoidea y una vacuna sintética contra la haemophilus influenzae tipo B, la principal causa de la meningitis y otras infecciones infantiles.
Cuba, que produce actualmente 38 medicamentos que se comercializan en unos 40 países, genera una medicina contra el cáncer de cuello del útero y un recombinante para problemas cardiovasculares.
Según cálculos oficiales, la isla planea invertir más de 190 millones de dólares en mejorar la infraestructura farmacéutica en un programa que se extenderá hasta el 2010.
Cuba transfirió tecnología y ha creado empresas mixtas en el sector biotecnológico con países como Brasil, China, India, Irán, Sudáfrica, Venezuela y Vietnam.
-- JULIO CONCEPCION GONZALEZ
PRIMER SECRETARIO
OFICINA DE PRENSA
EMBAJADA DE CUBA
REPUBLICA DOMINICANA
http:// embacu.cubaminrex.cu/dominicana
Cinco cubanos antiterroristas llevan ya 10 años encarcelados, mientras un terrorista confeso, Luis Posada Carriles, es puesto en libertad.