Montaner siempre será un lobo carnicero

Por Félix Jacinto Bretón


El pasado es un cubo lleno de cenizas. No sé, exactamente, en quien estaría pensando el ganador por dos ocasiones del Premio Pulizer, Carl August Sandburg, cuando hizo esta afirmación.
Pero si este destacado poeta, historiador y novelista estadounidense -nacido en Illinois e hijo de padres de ascendencia sueca- lo hubiese dicho pensando en Carlos Alberto Montaner, de seguro no se hubiese equivocado.
Y es que este sujeto, al que una vez tuve la oportunidad de “cantarle sus verdades en plena cara” durante una visita que hacia a Santo Domingo, tiene un pasado nada envidiable.
Su larga hoja de servicio incluye acciones terroristas en Cuba y el estar al servicio de la Agencia Central de Inteligencia, la temible CIA, aunque a lo mejor el piensa que nadie en República Dominicana conoce su trayectoria.
Tal vez fue por eso que, hace ya algún tiempo, con su carita muy limpia, vino a Santo Domingo para hablar “sobre la segunda muerte de Marti”, pero esa vez se llevó un recuerdo que de seguro jamás olvidará.
Aquí el terrorista y agente de la CIA , autor del “Manual del perfecto idiota latinoamericano” (que se le puede aplicar perfectamente a él) escuchó lo que quizás jamás pensó escucharía pues -en su propia cara- le gritamos terrorista, villano, criminal y otros muchos “piropos”.
Pero es que bien lo dijo el narrador y poeta estadounidense William Faulkner, cuyo verdadero apellido era Falkner, que cambió por motivos comerciales, de que EL PASADO NUNCA MUERE, NI SIQUIERA ES PASADO.
Por lo tanto, todo lo que hizo en el ayer este terrorista que se disfraza de Caperucita Roja ante el mundo, inclusive queriendo pasar como “escritor” y otras veces como “articulista” de diarios, Latinoamérica, el Caribe y gran parte del mundo lo tiene bien presente.
Quizás, y creo que sin quizás, este confeso terrorista desconoce lo que asegurara una vez el filósofo, psicólogo y pedagogo estadounidense, John Dewey, de que lo que ocurre en el pasado vuelve a ser vivido en la memoria.
Y lo que también afirmara Thomas Carlyle, quien fuera un historiador, crítico social y ensayista británico, de que “el presente es la viviente suma total del pasado”.
Carlos Alberto Montaner, y la humanidad lo sabe porque su pasado está bien presente, es un confeso delincuente, mercenario y un prófugo de la justicia cubana aunque utilice la prensa derechista para intentar limpiar su trayectoria como terrorista.
Desde un principio a este sujeto se le ha vinculado al horroso asesinato de los sacerdotes jesuitas salvadoreños encabezados por Ignacio Ellacuria (apóstol de la Teología de la Liberación ), ocurrido el 16 de noviembre de 1989 en pleno conflicto armado en esa nación caribeña.
Rastreando en Internet sobre la vida de este facineroso y bandido encontré lo siguiente:
En enero de este año el conocido escritor y periodista Carlos Alberto Montaner concedió una entrevista a Edmundo García en Miami, en su programa “La noche se mueve” [1]. Fue un intercambio interesante, en el que ambos defendieron sus posiciones, aunque el intelectual salió bastante mal parado ante el empuje del comunicador. En esa ocasión, el líder de la Unión Liberal Cubana afirmó de forma tajante que él jamás en su vida había estado vinculado a la Inteligencia de EEUU.
Sin embargo, este verano hemos presenciado la polémica surgida entre él y un desconocido académico cubano residente en Denver, Estados Unidos, nombrado Arturo López. El hecho en sí no sería de mayor interés si no fuera porque por primera vez el destacado anticastrista ha admitido de forma clara su acceso a información por lo menos confidencial, con matiz proveniente de un servicio especializado, probablemente de la CIA.
Mientras que el periodista Jean Guy-Allaad escribió, en la edición internacional digital del diario Granma, el artículo “Montaner, terrorista”, donde aporta elementos sobre la participación de Carlos Alberto Montaner en actos terroristas realizados en Cuba a inicios de la década del 60 y lo señala como agente de la Agencia central de inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
Montaner por su parte, en su artículo “Granma miente”, pretende que le convalidemos su participación en acciones terroristas en la década del 60, sobre la base de que estos hechos tuvieron lugar hace casi medio siglo, cuando apenas tenía 17 años, como si los delitos por terrorismo prescribieran en el tiempo y como si él entonces no tendría edad para ser terrorista.
Sin embargo, en una entrevista que le efectuara en septiembre de 2004 el medio digital literaturacubana.com, el Montaner entrevistado vendría a contradecir al Montaner terrorista. Ante la pregunta: ¿Piensa que esta tarea le ha restado tiempo a su obra de ficción, a su inicial vocación de novelista y cuentista?, Montaner señaló: “Querido Lauro, por supuesto que si. Tengo 61 años, y desde los 15 la llamada revolución cubana me ha mantenido permanentemente ocupado...”. Nada, que estamos en presencia de un terrorista precoz, alguien que los sicólogos estadounidenses describen como un teenager terrorist.
En su artículo, Montaner reconoce que, en efecto, como señalara Jean Guy-Allart, fue detenido en Cuba en diciembre de 1960, cuando tenía 17 años, por “conspirar contra los poderes del Estado” y pretende hacernos creer que conspirar contra los poderes del Estado no tenía nada que ver con el terrorismo. Sin embargo, una vez mas el Montaner entrevistado viene a contradecir al Montaner terrorista.
En una entrevista que le efectuara el periodista Angel de Jesús Piñera, que fuera publicada el 27 de abril de 1962 por la revista “Avance” de Miami, puede leerse que Montaner compartía la jefatura de Acción y Sabotaje de la organización Rescate Estudiantil con Alfredo Carrión Obeso. Nada, que en la semántica de hoy, es terrorismo lo mismo que en la década del 60 la CIA llamaba como Acción y Sabotaje.
Por otro lado, Montaner dice: “...fuimos apresados casi en el momento mismo en que comenzábamos a intentar ayudar a las guerrillas campesinas del Escambray que luchaban heroicamente para tratar de impedir la consolidación de la dictadura comunista en Cuba”.
¿ Será que Montaner, a sus 62 años, habrá olvidado que fue Estados Unidos quien, a través de la CIA , creó y fomento el bandidismo en el Escambray, que costó la vida a más de 500 cubanos, entre los que se encuentran los maestros alfabetizadores Conrado Benitez y Manuel Ascunce ? Nada, que el Montaner periodista, huyéndole a la acusación de terrorista, se nos revela como un criminal agente de la CIA.
Desde mi punto de vista, la mejor respuesta de Montaner, a la acusación de agente de la CIA que le hizo Jean Guy-Allart, habría sido la de no darse por aludido. Después de todo eso es lo que aconseja fervientemente Vaclav Havel a los asalariados del gobierno de Estados Unidos que radican en Cuba.
El por qué Montaner no siguió el sabio consejo de Havel forma parte de los aspectos insondables de la naturaleza humana. En Cuba y en otras partes de América Latina existe un refrán que dice que “el que ají pica es porque ají come”, que parece explicar porque Montaner desoye a Havel.
En un discurso en el 2002, Douglas Feith, el jefe de asuntos políticos del Pentágono, reconoció el “desagradable hecho” de que en las últimas tres décadas el mundo, incluido Estados Unidos, toleró el terrorismo. Y agregó: “En el mundo post septiembre 11, nadie que aspire a la respetabilidad puede tolerar, menos aún apoyar, terroristas que en el pasado pudieron haber sido vistos como defensores de la libertad”. Tal vez esto explique en parte porque Montaner huye despavorido de su pasado, y confiesa amargado: A veces tengo la sensación de que nuestra historia, o la historia de mi generación, es la de un grupo atrapado en una especie de arena movediza, en una tembladera maldita”. A confesión de parte, relevo de pruebas...
Otro, como Jean-Guy Allard, escribió: Carlos Alberto Montaner, el comentarista contrarrevolucionario radicado en Madrid, quien ha participado en la embajada yanki en España a una reunión mafiosa, perteneció a las Unidades Militares Cubanas del Ejército de Estados Unidos, conformadas por la CIA a principios de los años sesenta.
Se decía en 1963 "líder" de estas tropas mercenarias —en las cuales se encontraba también Luis Posada Carriles. Lo revela un cable de la agencia norteamericana UPI del 20 de julio de ese mismo año.
Fechado desde Miami, el documento, que confirma el reclutamiento de Montaner por la Inteligencia norteamericana, fue retomado por The New York Times al día siguiente.
El articulista que Washington usa de "intelectual" de servicio y que sigue atacando a Cuba en crónicas retomadas por órganos de prensa de América Latina afiliados a la Sociedad Interamericana de Prensa, dijo a la United Press International que "una nueva organización del exilio planeaba extensas acciones contra el régimen de Fidel Castro".
En septiembre de 1960, cuando la muy joven Revolución cubana ya enfrentaba las agresiones de Estados Unidos, Carlos Alberto Montaner , hijo de papá frustrado, viaja a Estados Unidos para ofrecer sus servicios al Frente Revolucionario Democrático (FRD), organización contrarrevolucionaria subordinada a la CIA que dirigía desde la Florida "Tony" Varona.
El FRD había sido creado por el operativo CIA E. Howard Hunt (el del escándalo Watergate), expresamente para desarrollar acciones terroristas. En esta tarea para la cual seleccionaba elementos contrarrevolucionarios e informantes de la dictadura bastistiana, Hunt colaboraba estrechamente con su socio David Atlee Philips.

VECIANA RECONOCERÁ LA PRESENCIA DE LA CIA
El 30 de diciembre de 1960, los diarios Hoy y Revolución citando a investigadores antiterroristas de la época, anunciaban en La Habana el arresto de varios miembros de esta organización terrorista. Entre los terroristas capturados se encontraban Carlos Alberto Montaner y el inventado paralítico y poeta Armando Valladares, años después embajador de Ronald Reagan en Ginebra, sorprendidos el día 26 de ese mes en su domicilio de Calle 88ª, número 309, en posesión de un arsenal de artefactos incendiarios.
Aquellas "petacas" proveídas por la Agencia, eran idénticas a las usadas en toda una serie de atentados ocurridos por esos días en tiendas, cines y otros lugares públicos, para ensangrentar el fin del año.
En julio del 2007, en un conocido programa radiofónico de Miami, el terrorista Antonio Veciana confirmaba que las "petacas incendiarias" que provocaron el gigantesco incendio de la tienda El Encanto , en el corazón de La Habana, el 13 de abril de 1961, y causaron la muerte de Fe del Valle, procedían directamente de los arsenales de la Agencia Central de Inteligencia.
El periódico Revolución del 18 de enero de 1961, en su página cuatro, anunció que "en la causa 6-61, radicada por los delitos de estragos y tenencia de materias inflamables, en que aparecían entre otros acusados: Carlos Alberto Montaner Suris, Alfredo Carrión Obeso, Néstor Manuel Piñango Pérez y Víctor Jorge Fernández Romero , fueron sancionados a 20 años de reclusión, respectivamente".
Montaner, detenido en una institución para delincuentes menores de edad, pronto se fuga con la ayuda generosa de su mamá, Manola Suris, para buscar luego la protección de una embajada complaciente. Saldrá de Cuba por avión hacia Miami, con un salvoconducto, el 8 de septiembre de 1961.
En una entrevista firmada por Ángel de Jesús Piñera, publicada el 27 de abril de 1962 en la revista Avance , de Miami, Montaner se jactó de haber pertenecido en Cuba al grupo terrorista Rescate Estudiantil del FRD, en el cual, decía, compartió "la jefatura nacional de Acción y Sabotaje" con su amigo Alfredo Carrión Obeso.
EN MADRID, EL AGENTE DE LA CIA SE ASOCIA AL PP
Desde Madrid, donde la CIA le ordenó asentarse, Montaner no solo será la antena más visible del mecanismo de desinformación norteamericano contra Cuba, sino que se mantendrá en contacto con elementos terroristas de su misma filiación.
Colabora, en el curso de los años, con organizaciones batistianas, y será más tarde uno de los puntos de contacto entre la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y los círculos de la extrema derecha española.
Ello se ilustra el el 23 de septiembre de 1994, ocasión en que José María Robles entonces capo del falangista Partido Popular de España, visita a Miami, y Carlos Alberto Montaner está ahí para recibirlo en el aeropuerto.
Lo hará al lado de Antonio "Toñin" Llama, director de la FNCA, el mismo personaje que luego aparece como dueño del barco terrorista La Esperanza, interceptado en 1998 en Puerto Rico con un grupo de terroristas que se proponían atentar contra la vida del Presidente Fidel Castro. Llama es quien en junio del 2006 confiesa al Herald haber comprado por cuenta de la FNCA helicópteros teleguiados para bombardear una concentración popular en la habanera Plaza de la Revolución y otras armas para realizar atentados.
Con la llegada al poder de José María Aznar, cuya maquinaria electoral fue engrasada por sus socios de Miami a cambio de privilegios financieros en España (de ahí la venta fraudulenta de Sintel), Montaner colabora para la fundación de la filial española de la FNCA.
Con Aznar en la Moncloa, Montaner y su agencia prosperan, conectándose a una red de diarios sudamericanos alineada con la SIP, la asociación de editores de las oligarquías del continente, creada por el difunto agente de la CIA Jules Dubois.
En el 2006, el nombre del agentazo Montaner, aparecerá en una lista de periodistas de Miami que alquilan su pluma al Office of Cuba Broadcasting (OCB) —el barco madre de Radio y TV Martí— la maquinaria de propaganda anticubana del gobierno norteamericano. Allí firma y cobra con su amiga, la comentarista O ¢ Connor, vieja colaboradora de la Inteligencia imperial.
Medio siglo después de sus funestas aventuras con el FRD-CIA, Montaner se pasa hoy el tiempo conspirando con los que aguantan su autosuficiencia, errando entre su residencia del Parque del Retiro en Madrid, sus jardines y su estanque, y su propiedad horizontal de Brickell Avenue, en Miami. Sigue al servicio de la Agencia , aunque a sus 65 años con serios problemas cardiacos y un estado general de salud bastante deteriorado.
Es decir que por mas esfuerzos e intentos que haga, es imposible que Montaner pueda borrar su pasado terrorista, de mercenario, criminal y de bandido porque repito “EL PASADO NUNCA MUERE, NI SIQUIERA ES PASADO”.
Pienso que este sujeto podría confrontar la eventualidad de ser reclamado como terrorista ante instancias de justicia internacionales. El mismo, me parece, ha asimilado la idea de que pudiera terminar ante el banquillo de los acusados, por muy protegido que pueda estar por la CIA y demás yerbas.
El mundo, de seguro, aplaudiría de pie por largo rato el día en que este elemento pueda pagar –de la forma que sea- los sufrimientos que ha provocado a tantas personas con su cadena de hechos terroristas, como los crímenes cometidos contra los sacerdotes jesuitas en San Salvador. Ah, y que recuerde que por mas de Caperucita que se disfrace ¡SIEMPRE SERA UN LOBO CARNICERO!