TEMAS Y SUGERENCIAS
(1de 3)
Por José Checo E.
El debate político en nuestro país, está enfocado sobre la aseveración que hizo recientemente el presidente de la república y líder del PLD, doctor Leonel Fernández, en el sentido de que su partido obtendría no menos de veintisiete senadurías en las próximas elecciones del 16 de mayo. De conseguir ese número de escaños senatoriales, hay que suponer que la cantidad de diputados y sindicaturas, sería también significativo. Estaríamos hablando de un triunfo arrollador para el partido morado.
Los analistas de mayor prestigio de la nación, los que dominan las intríngulis políticas y conocen nuestra idiosincrasia, coinciden en afirmar que ciertamente, este no es el mejor momento del PRD para contender con éxito por los cargos congresuales y municipales. La falta de un discurso coherente, de políticas programáticas articuladas, se evidencia de manera palpitante en esta recta final de la campaña.
Los dirigentes del partido blanco se ven y suenan como un combo de barrio mal afinado. En vez de música bailable, lo que están logrando es un ruido que molesta al oído de los votantes. Sus denuncias constantes, cargadas de emotividad, no encuentran el eco necesario en una colectividad electoral que desconfía de ellos, por cuanto cada vez que han ocupado posiciones gubernamentales, han actuado de espaldas a sus postulados y han traicionado la confianza de sus electores, una y otra vez.
Esta verdad incontrastable, unida a su irrevocable pasión por luchas internas muy feroces e interminables, como si se tratase de una manada de lobos hambrientos, en los cuales las jerarquías siempre están en discusión, esas actitudes egoístas de su dirigencia, divorciadas de las necesidades del pueblo, han llevado a ese gigante blanco a debilitarse y a perder la representación de amplios núcleos poblaciones que han perdido la fe en sus discursos llenos de histrionismo teatral y cargados de hipocresía.
Los mismos dirigentes del partido blanco están conscientes de sus debilidades. El slogan del ingeniero Miguel Vargas Maldonado de: “Avanzar en el 2010 para ganar en el 2012,” ha encontrado un gran escollo. La lucha por la presidencia se ha adelantado y ha copado el escenario político interno, en luchas fraticidas que disminuyen cada día que pasa las posibilidades reales del PRD para realizar un buen desempeño de cara a las alecciones de medio término. Un certamen que reviste tanto interés para los partidos y candidatos por cuanto se estará votando por un periodo de seis años.
Pero este fenómeno no es fortuito, no se ha dado porque los aspirantes a competir con él por la presidencia, sean unos mentecatos y tarados que no sientan amor y respeto por el partido del jacho encendío, no se trata de eso. Esas luchas intestinas están propiciadas por el propio grupo del ingeniero Miguel Vargas, quienes haciendo uso de la mayoría mecánica, han pretendido erigirse en señores feudales del PRD, con derecho a implantar en sus feudos la ley de la horca y el cuchillo a quienes desafíen sus directrices.
Así pasó con el fogoso dirigente Guido Gómez Mazara a quien despojaron de la secretaría general mediante una convención amañada, y, en ese mismo golpe, tumbaron también a Tony Peña Guaba, hijo del fenecido líder, José Francisco Peña Gómez, a quien le escamotearon la posición de secretario de organización del partido en esa oportunidad. El grupo de Miguel ha actuado como una aplanadora contra sus adversarios.
En ese afán de controlarlo todo, se han dedicado a despojar del espacio que les correspondía, a los otros grandes dirigentes de la organización, adjudicándose en un proceso de selección de candidaturas, la gran mayoría de las posiciones electivas. Gente de la talla del ex presidente Hipólito Mejía, Luís Abinader y Hugo Tolentino Dipp, se han quedando oliendo donde guisan. Han sido marginados de manera olímpica de las tomas de decisiones.
Las quejas y lamentos públicos de esos dirigentes no se han hecho esperar y han llegado incluso al seno de la Junta Central Electoral, reclamando su derecho a elegir y ser elegidos. Las quemas de ataúdes frente a la Casa Nacional, las críticas acérrimas, los sometimientos ante tribunales civiles han estado a la orden del día, sin embargo, la respuesta del grupo del ingeniero Vargas han sido destempladas, cargadas de prepotencia y despotismo. Han llegado al extremo de acusar de conspiradores a los disidentes.
Claro, las contra respuestas de esos dirigentes marginados, han sido también muy contundentes, los misiles de Hipólito Mejía, de Juan de Dios Vásquez, de Guido Gómez Mazara y la Hugo Tolentino Dipp no tuvieron desperdicios…Pero lo que tratamos de establecer aquí, es que son estas las razones por las cuales importantes cuadros del PRD han abandonado ese partido y son además la causante principal de que, en los últimos torneos electorales su índice de aceptación popular apenas sobrepase el 30%. Es muy pero muy obvio que los errores del gobierno del PLD, no son capitalizados por la dirigencia perredeista.
Volveremos con otra entrega.
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Por José Checo E.
El debate político en nuestro país, está enfocado sobre la aseveración que hizo recientemente el presidente de la república y líder del PLD, doctor Leonel Fernández, en el sentido de que su partido obtendría no menos de veintisiete senadurías en las próximas elecciones del 16 de mayo. De conseguir ese número de escaños senatoriales, hay que suponer que la cantidad de diputados y sindicaturas, sería también significativo. Estaríamos hablando de un triunfo arrollador para el partido morado.
Los analistas de mayor prestigio de la nación, los que dominan las intríngulis políticas y conocen nuestra idiosincrasia, coinciden en afirmar que ciertamente, este no es el mejor momento del PRD para contender con éxito por los cargos congresuales y municipales. La falta de un discurso coherente, de políticas programáticas articuladas, se evidencia de manera palpitante en esta recta final de la campaña.
Los dirigentes del partido blanco se ven y suenan como un combo de barrio mal afinado. En vez de música bailable, lo que están logrando es un ruido que molesta al oído de los votantes. Sus denuncias constantes, cargadas de emotividad, no encuentran el eco necesario en una colectividad electoral que desconfía de ellos, por cuanto cada vez que han ocupado posiciones gubernamentales, han actuado de espaldas a sus postulados y han traicionado la confianza de sus electores, una y otra vez.
Esta verdad incontrastable, unida a su irrevocable pasión por luchas internas muy feroces e interminables, como si se tratase de una manada de lobos hambrientos, en los cuales las jerarquías siempre están en discusión, esas actitudes egoístas de su dirigencia, divorciadas de las necesidades del pueblo, han llevado a ese gigante blanco a debilitarse y a perder la representación de amplios núcleos poblaciones que han perdido la fe en sus discursos llenos de histrionismo teatral y cargados de hipocresía.
Los mismos dirigentes del partido blanco están conscientes de sus debilidades. El slogan del ingeniero Miguel Vargas Maldonado de: “Avanzar en el 2010 para ganar en el 2012,” ha encontrado un gran escollo. La lucha por la presidencia se ha adelantado y ha copado el escenario político interno, en luchas fraticidas que disminuyen cada día que pasa las posibilidades reales del PRD para realizar un buen desempeño de cara a las alecciones de medio término. Un certamen que reviste tanto interés para los partidos y candidatos por cuanto se estará votando por un periodo de seis años.
Pero este fenómeno no es fortuito, no se ha dado porque los aspirantes a competir con él por la presidencia, sean unos mentecatos y tarados que no sientan amor y respeto por el partido del jacho encendío, no se trata de eso. Esas luchas intestinas están propiciadas por el propio grupo del ingeniero Miguel Vargas, quienes haciendo uso de la mayoría mecánica, han pretendido erigirse en señores feudales del PRD, con derecho a implantar en sus feudos la ley de la horca y el cuchillo a quienes desafíen sus directrices.
Así pasó con el fogoso dirigente Guido Gómez Mazara a quien despojaron de la secretaría general mediante una convención amañada, y, en ese mismo golpe, tumbaron también a Tony Peña Guaba, hijo del fenecido líder, José Francisco Peña Gómez, a quien le escamotearon la posición de secretario de organización del partido en esa oportunidad. El grupo de Miguel ha actuado como una aplanadora contra sus adversarios.
En ese afán de controlarlo todo, se han dedicado a despojar del espacio que les correspondía, a los otros grandes dirigentes de la organización, adjudicándose en un proceso de selección de candidaturas, la gran mayoría de las posiciones electivas. Gente de la talla del ex presidente Hipólito Mejía, Luís Abinader y Hugo Tolentino Dipp, se han quedando oliendo donde guisan. Han sido marginados de manera olímpica de las tomas de decisiones.
Las quejas y lamentos públicos de esos dirigentes no se han hecho esperar y han llegado incluso al seno de la Junta Central Electoral, reclamando su derecho a elegir y ser elegidos. Las quemas de ataúdes frente a la Casa Nacional, las críticas acérrimas, los sometimientos ante tribunales civiles han estado a la orden del día, sin embargo, la respuesta del grupo del ingeniero Vargas han sido destempladas, cargadas de prepotencia y despotismo. Han llegado al extremo de acusar de conspiradores a los disidentes.
Claro, las contra respuestas de esos dirigentes marginados, han sido también muy contundentes, los misiles de Hipólito Mejía, de Juan de Dios Vásquez, de Guido Gómez Mazara y la Hugo Tolentino Dipp no tuvieron desperdicios…Pero lo que tratamos de establecer aquí, es que son estas las razones por las cuales importantes cuadros del PRD han abandonado ese partido y son además la causante principal de que, en los últimos torneos electorales su índice de aceptación popular apenas sobrepase el 30%. Es muy pero muy obvio que los errores del gobierno del PLD, no son capitalizados por la dirigencia perredeista.
Volveremos con otra entrega.