
Para este 16 de noviembre, el gobierno tiene programada una conferencia, muy bien encubierta a través de
Cavallo es quien introduce en Argentina la famosa “caja de conversión” monetaria y luego, en medio de una recesión jamás vivida por ese país, llevó a la cesación de pago de la deuda y al famoso “corralito argentino” contra el sistema de pago de allí.
Carlo Ponzi, con su ficha en la cárcel.
El impreso anunciando su conferencia lo presenta en su nueva posición
de consultor internacional radicado en Estados Unidos, a donde debió refugiarse tras escapar de las oleadas populares que pedían su cabeza como la del también huido presidente Fernando de
En realidad, Cavallo viene invitado por el Palacio Nacional, donde no se atreven a hacer pública esa invitación ni se atrevieron a involucrarlo en la redes de
Domingo Cavallo, padre del "corralito argentino".
Sin embargo, los informes que tengo es que Cavallo está enganchado a consultor del gobierno para la crisis económica que vivimos y debería ilustrar al señor Fernández cómo salir de ella, lo que indica que la misma ya escapa a la capacidad del presidente Fernández y a la de su equipo. Por ello recurre al oráculo argentino, pero sin hacerlo público.
Me imagino que esa actitud del gobierno debe caer como un cubo de agua helada en el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde el oráculo no es bien visto ni guarda buenos recuerdos. Desde su gestión, el FMI distanció los lazos con Argentina. Ese organismo nunca aceptó el “corralito” que consistió en un impedimento al libre uso de las cuentas corrientes y depósitos en efectivo del sistema de pago argentino. Eso sucedió en diciembre del 2001.
Cavallo llegó a ese extremo de política monetaria intentando salvar su “caja de conversión” que no fue otra cosa que la ley de convertibilidad del Austral,
La “caja de convertibilidad” buscaba terminar con la alta inflación en Argentina mediante el establecimiento progresivo de una paridad cambiaria de la moneda nacional frente al dólar estadounidense. Hasta ahí aparenta buenos propósitos.
Para establecer tal "caja”, Cavallo creó el peso convertible con un precio fijo 1:1 frente al dólar. Una segunda característica del sistema monetario radicaba en la vuelta al respaldo monetario para el dinero que circulaba, retomando a su manera la vieja práctica o esquema del patrón oro. En este caso, la emisión estaba atada a un aumento de las reservas en la moneda estadounidense.
Mantener esa paridad llevó a la quiebra de Argentina al final del 2001 cuando grandes estallidos sociales, auspiciados por la recesión y el desempleo, derrotaron al sistema monetario y político instaurado por el dueto Menem-Cavallo. El sistema monetario había quebrado la base productiva del país y la oligarquía política saqueó las finanzas públicas.
Cavallo fundamentó su sistema en estricto mecanismo monetario ignorando el aspecto fiscal para que su sucio, Menem, gastara cuanto pudiera, sobretodo con deuda externa, lo que garantizaba el crecimiento de la emisión monetaria con los dólares de ese financiamiento externo.
Cuando el sistema se agotó, en Argentina había quebrado su fuerte: las exportaciones de bienes, por lo que cayeron los ingresos en moneda fuerte no pudiendo pagar la deuda soberana, muy alta por cierto, frente a un producto interno bruto en caída libre y la imposibilidad de generar más deuda.
El esquema de Cavallo fue un verdadero ponzi monetario-financiero para intentar mantener en el poder una mafia política que encabezó Menem.
El sistema monetario solo funcionaba si entraban nuevos dólares, pero agotado el endeudamiento y quebrada las exportaciones toda se vino abajo.
Es el oráculo que el gobierno nos trae para que ayude a Leonel Fernández a entender su propia crisis.
¿Podrá hacer otro ponzi y mantener en el poder al PLD?
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Félix Calvo
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