PANCARTAS RECIENTES

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Chana Díaz trascendió la ejecución del tirano

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancara@yahoo.com

Chana Díaz se caracterizó por un don de gente que se proyectó más allá de cualquier episodio y específicamente la ejecución del tirano Rafael Trujillo el 30 de mayo de 1961.

Desde ayer, se lamenta el fallecimiento de Chana Díaz extendido a que sucede faltando apenas un mes para el 50 aniversario del ajuste que finiquitó la existencia del dictador.

Por cierto que el medio siglo del 30 de mayo entra en medio de varios encuentros coloquiales orientados a ventilar el tiranicidio, con más de una interpretación y varios ángulos para analizarlo.

Está circulando, por ejemplo, la invitación de la Fundación Hermanos de la Maza, Inc., que organiza un ciclo de encuentros en un espacio del Archivo General de la Nación, donde disertarán figuras autorizadas para hablar de nuestro acontecer histórico, con un dilatado ejercicio académico e investigativo, sumado a una copiosa impronta editorial.

Se advierte el abordaje amplio profundo de los temas en agenda, algunos de los cuales se remontan a otras experiencias dictatoriales sufridas por el pueblo dominicano antes de Trujillo.

Asimismo, para la próxima Feria del Libro se anuncia la celebración de un coloquio llamado a pasar balance a la resistencia contra el oprobio, donde los ponentes invitados de seguro que ofrecerán o recordarán testimonios individuales y colectivos reveladores de aspectos medulares del acontecer dominicano en los últimos 60 años.

Me parece ver a Chana Díaz en esos encuentros convergentes, en los que el debate puede profundizar o tratar con un “baño de María”, asuntos sustanciales para que la ciudadanía adulta dominicana no pase por alto que ese pasado reciente es una fuente de enseñanza.

Agradezco a Chana su invariable deferencia, sin hora, para darme una buena o mala noticia, o comentarme determinado ángulo de lo último en el tapete de la opinión pública.

Chana Díaz fue una muestra noble del sano acontecer dominicano. Sencilla, afable, sonriente, Chana proyectaba una imagen digna del recuerdo de doña Guillermina Puig Subirá y de otras madres de mártires como doña Altagracia del Orbe.

Chana Díaz se elevó con alas propias por lo alto del espacio manteniendo su silueta bondadosa que nos deja perplejos con su repentino fallecimiento bajo el pesar de todos.

Paz a sus restos.

PANCARTA

La sangre de Abril exige más respeto

Raúl Pérez Peña (Bacho)

Hoy 28 de Abril es una fiesta patria igual que las que figuran en el calendario, algunas irrespetadas al extremo de que transcurren como cualquiera de los 365 días del año.

Lo mismo sucede con el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, un regio patricio por su dignidad, igual que Rafael Fernández Domínguez, Juan Lora Fernández y muchos militares y civiles que se casaron con la gloria a partir del 24 y el 28 de abril de 1965.

Desearía que obedezca a una errónea interpretación una nota informativa leída ayer o que las declaraciones fueron publicadas “fuera de contexto”.

En referencia a los constitucionalistas se le atribuye a un apreciado amigo decir que “los motivos por los cuales esos soldados y civiles se lanzaron a las calles a pelear para rescatar la Constitución en 1965 hace mucho que fueron superados”.

No me gusta polemizar con amigos, pero no es cierto que los motivos de la toma de las calles aquella vez “hace mucho que fueron superados”.

Si por motivos fuera, ahora hay más, mucho más.

Si a corrupción vamos, es lamentable decir que en los cuarteles de entonces (1965) jugaban bingo, en comparación con lo que sucede ahora.

Cierto que no es la misma sociedad. Pero la degradación moral corre todos los niveles en los recintos militares y se pasea uniformada por la calles, y no en Austin precisamente.

Duele en el alma pensar que el uniforme de Rafael Fernández Domínguez luce manchas graves a causa de una sucesión de escándalos de “marca mayor”.

La radio, la televisión, los diarios impresos y los digitales logran dar cuenta solo de una parte del credo, porque la otra parte se queda en la penumbra.

Repito que antes había un letrero en cada cuartel que rezaba: “El comunismo es tu enemigo”.

Ahora no aparece el primero que diga: “La corrupción es tu enemiga. ¡Rechaza las tentaciones!”.

Cuando se destapa un escándalo de corrupción colectiva, sale a flote este cliché: “La dotación completa fue trasladada”. Si el lector cuenta los casos de castigo a los culpables, se quedará con la boca abierta. Este es el reino de la impunidad.

Entonces, por favor, no se diga que los motivos de Abril “hace mucho que fueron superados”.

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La rosa blanca de Martí para Víctor

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

Ironía del pesar y la recompensa: asistir un 24 de Abril al velatorio de Víctor Villegas.

“Cultivo una rosa blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca”. José Martí.

Me siento atrapado entre la pena del despido y el privilegio de haber tratado a Víctor Villegas durante décadas, con la confianza del “tuteo”.

Esa condición de rehén terminó al evocar a José Martí con la rosa blanca para Víctor Villegas.

Porque el apóstol es el poeta idóneo. El apropiado, para hablar de Víctor Villegas. Asunto de convicción o de preferencia.

En cuanto a Víctor Villegas el problema no es qué decir. Si no lo mucho que habría que hablar.

Fue siempre un dominicano incondicionalmente presente ante su Patria, actitud revestida de la más alta autoridad moral para intervenir y referirse sobre tal o cual problema nacional o internacional.

Víctor nunca eludió estampar su firma responsablemente ante la necesidad de cualquier pronunciamiento del deber patrio o ciudadano.

La última vez que apelé a su firma fue porque era necesario fijar una posición colectiva ante una ofensa a los patriotas caídos bajo las balas de la grosera intervención norteamericana del 28 de abril de 1965.

Víctor no sólo firmó efusivo. Me dijo categórico: “En la próxima no tienes que venir. Cuentas conmigo y pon mi nombre”.

Es que el acotejo individual no pesa cuando en la contraparte figuran los valores patrios.

Sentirse precisamente “uno más” encumbra y no reduce a Víctor Villegas. Eso retrata su sencillez y humildad, aunque era singularmente noble y digno de absoluto respeto. Nunca pasó factura siendo coherente hasta la terquedad y fiel a su regia estela como ser social.

Es una jerarquía intangible avalada por más de seis décadas en la trinchera ciudadana.

Opositor desde antes del año 1950, Víctor Villegas hizo honor a la resistencia antitrujillista petromacorisana.

Asimismo, Víctor Villegas es muestra relevante del yacimiento poético del Macorís del Mar.

También sonero devoto al estilo del oriente cubano y el ritmo del trío Matamoros y del dúo Los compadres.

La estampa de Víctor Villegas se mantendrá en alto vuelo proyectando la enseñanza de su pensamiento social para un pueblo dominicano digno de mejor suerte.

PANCARTA

Perspectiva de un polo cultural montecristeño

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

El atractivo playero y de zonas montañosas se suma al reencuentro familiar para cuantificar una buena proporción de la masa vacacionista de estos días.

Pero el desplazamiento hacia provincias se orienta, asimismo, hacia valores culturales intangibles, a especies de monumentos, reliquias y escenarios de significación histórica.

La prensa reciente ha destacado la gama de atractivos que tiene Montecristi para el abanico de motivaciones de los viajeros.

Somos recurrentes en señalar los cuatro pilares determinantes para cualquier proyecto de “relanzamiento” programado de la provincia: La historia, la cultura, los encantos de la naturaleza y los montecristeños como población activa en condiciones de participación dinámica por el rescate del municipio y toda la demarcación provincial.

Cada uno de los cuatro soportes tiene que entrelazarse con los demás para impulsar el cambio de imagen y ofertas.

Pero si la acción focalizada de conjunto en los cuatro frentes es importante, no menos trascendente lo es promover cada uno en particular.

Por ejemplo, hay muchos recursos para pensar en la estructuración del polo cultural montecristeño.

Somos un país precario en centros culturales que satisfagan la demanda expresiva y soterrada de una juventud prácticamente indigente en el arte y la cultura, por lo demás, desorientada, viciada y contaminada por la brutal ofensiva de antivalores dirigida como política retrógrada de enemigos del pueblo dominicano.

En Montecristi hay legendarios centros como la casa Museo del Manifiesto firmado por José Martí y Máximo Gómez con una copiosa documentación sobre las luchas por la Independencia de Cuba.

Hay proyectos con años en marcha y otros incipientes.

Existe el Museo de Montecristi, fundado Mister Spencer, un investigador norteamericano que le encargará su conducción a la Unviersidad de Indiana. Asimismo, Santiago González dice en un interesante reportaje: En la actualidad la misma “Universidad de Indiana y Clúster Turístico sustentan el proyecto Museos vivos del mar, fundamentado en más de 30 naufragios que datan de la época de la colonización”. A ese le llaman el “galeón de La Pipa”.

Dos proyectos más son el galeón del ladrillo, en la Bahía de la Granja y otro con los tesoros de una embarcación que naufragó frente al “cayo Torurú”.

La convergencia de esfuerzos fructificará hasta que sea una realidad el polo cultural montecristeño.

PANCARTA

Del Puente a Girón: Abril aquí y en Cuba

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

Para mi querida Alejita Jiménez,
sencillamente con Fidel desde
Sierra Maestra.

Asume un carácter masivo literalmente la cantidad de textos literarios que evoca los soterrados vínculos cubiertos de soberanas aguas marinas entre Cuba y República Dominicana.

Dijo Julia de Burgos: Cuba y Puerto Rico “son de un pájaro las dos alas”. Pero otro poeta al reivindicar la antillanía dominicana observó: “Mas le falta el corazón”. Una referencia a nosotros.

La brevedad del artículo obliga a sintetizar que el “Puente” (Duarte) es el escenario más dramático en la emergencia de Abril de 1965, donde los militares y civiles constitucionalistas se casaron con la gloria escribiendo a sangre y fuego una de las más hermosas páginas de la historia dominicana para imponerle el retroceso como derrota al ejército títere simbolizado por el CEFA.

Allí se agiganta el tamaño de Caamaño como prócer de la dignidad del pueblo dominicano que supo poner en su puesto al embajador norteamericano Tapley Bennet cuando trató de humillarlo y obligarlo a rendirse.

Nuestro Abril fue la epopeya que emergía como émulo histórico de Playa Girón, estampada también como Bahía de Cochinos, donde se perpetró la invasión mercenaria financiada y dirigida por la CIA norteamericana en 1961, hace 50 años.

Desde esa “cabeza de playa” Washington pretendía imponer un gobierno de mercenarios cubanos procedentes de Miami y agenciarse el reconocimiento de la OEA y de la “Comunidad Internacional”. Pero las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FAR, hicieron trizas en 72 horas la macabra acción mercenaria con un saldo demás de 1,300 bajas.

La Cuba bosquejada en el Manifiesto de Montecristi estaba allí en esos días de sangre y gloria bajo la silueta de Máximo Gómez frente en alto con su machete liberador.

En 1959, dos años antes de Girón, de Sierra Maestra pasaron sin receso a mil cumbres en Pinar del Río, varios cubanos y dominicanos del Ejército Rebelde, como Delio Gómez Ochoa y Enrique Jimenes Moya, que vendrían el 14 de Junio por Constanza, Maimón y Estero Hondo, a desafiar al trujillato, precipitar su caída antes de los 24 meses.

Desde el Puente como en Girón, dominicanos y cubanos van de la mano y sentimientos patrios y antillanos. Cuba con nosotros. Nosotros con Cuba: “Quien la defiende la quiere más”

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El mensajero preso y los corruptos sueltos

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancara@yahoo.com

La sabiduría popular dice que la soga rompe por lo más fino.

Esto explica el imperio de la impunidad de los gobiernos de la “democracia imperfecta” que se sazonará mucho hacia el 50 aniversario de la ejecución de Trujillo.

En la otra cara de la moneda está la “democracia perfecta” para quienes a máximos niveles han hecho fortunas millonarias, mientras el zarandeado pueblo pobre lleva medio siglo pasando las de Caín y sufriendo calamidades.

El mensajero preso evidencia el desequilibrio de una Justicia no aplicada a los jorocones del oficialismo favorecidos con la impunidad.

El mensajero está preso, pero anda suelto alguien lo más parecido a dueño de una superintendencia responsable de graves denuncias sobre el manejo de bienes públicos y de desobediencia al pago de le energía eléctrica.

El mensajero está preso, pero anda suelto el personaje del PEME dirigente del PLD, protegido por una tesis célebre: “Es mejor pagar que pegar”.

El mensajero está preso, pero siguen intactas las nominillas y sus ejecutores disfrutando aquello de que quien “parte y reparte le toca mayor parte”.

El mensajero está preso, pero se quedó bajo la sombra de la impunidad, el escándalo Sun Land con sus rastros y vericuetos.

El mensajero está preso, pero andan sueltos y uniformados los usufructuarios de los bienes valorados en millones de dólares incautados al narcotráfico.

El mensajero está preso, pero se pasean en una gama de vehículos lujosos altos funcionarios, quienes tampoco pueden demostrar la propiedad de mansiones, casas de veraneo y hasta “penhouses” con helipuertos.

El mensajero está preso, pero siguen sueltos los “primos” de los hermanos Benitez y otros “benditos”, genios del turismo inmobiliario, operando como lavandería del dinero logrado en funciones públicas.

El mensajero está preso, pero andan “libres de toda culpa” algunos techados por el poder legislativo y otros, protagonistas de escándalos con el portal electrónico del gobierno, en el INDRI, en Promipyme, con naves aéreas y mediante barrilitos y barrilotes.

El mensajero está preso mientras sigue abierta una burla mayúscula llamada Dirección de Persecución de la Corrupción Administrativa (DPCA).

El mensajero está preso pero se perdió la cuenta de los miles de millones de dólares que se ha llevado la corrupción en los últimos gobiernos.

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Premio a Posada por su “terrorismo bueno”

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

Décadas de resistencia contra el poder de Estados Unidos han enseñado a los dominicanos a descifrar códigos de la dominación, igual que múltiples especies orientadas a confundir la opinión pública.

Para Estados Unidos existen dos tipos de terrorismo, lo mismo que el colesterol. Hay un terrorismo bueno y uno malo, como hay un colesterol bueno y uno malo.

En su afán de estigmatizar como bellacos y satánicos ciertos gobiernos que no le hacen coro ni son títeres a sus órdenes, los centros de mando del poder estadounidense marcan con un sello imborrable a un destinatario que denominan bueno y a otro que bautizan malo.

Según su visión, “terrorismo malo” es el de países desafectos y de hombres y mujeres “irreverentes”, capaces de ejecutar acciones “violatorias de los derechos humanos en las más distantes latitudes del planeta”.

Pero hay otro terrorismo y otros terroristas. Verdaderos criminales que cometen todo tipo de fechorías sin el más mínimo respeto a la vida humana y contra pueblos enteros actuando por su cuenta, como sicarios o mercenarios.

Es el caso del señor Luis Posada Carriles cuyo manual de delitos y atentados contra la integridad de niños, adultos y ancianos es de enorme volumen con un interminable listado de víctimas.

Dice una agencia de prensa internacional que Luis Posada Carriles está “acusado de ser el autor intelectual del peor atentado terrorista en América Latina y de varios ataques terroristas contra Cuba, coordinador de acciones bélicas ilegales en Centroamérica y empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)”.

El despacho de prensa agrega: “En una entrevista con el New York Times, Posada Carriles dijo en 1998 que había planeado los ataques dinamiteros en Cuba en 1997, que dejaron un muerto y 12 heridos. Posteriormente se retractó”.

“También es acusado por Venezuela de ser el responsable del ataque con bomba a un avión de pasajeros, cubano, en 1976, que dejó 73 muertos”.

Pese a sus víctimas, ese “terrorismo bueno” de Posada Carriles fue premiado por un tribunal de El Paso, Texas, que lo protege en La Florida, donde celebra y proclama jubiloso su disposición de seguir al ataque contra Cuba.

Los dominicanos sabemos del talante criminal de Posada Carriles y leemos el mensaje de su descargo desfachatado.

PANCARTA

Vayan o no vayan, no lo van a impedir

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

Todos los plazos se vencen, inexorablemente. Solo por un tiempo se pueden mostrar poses dubitativas y jugar a la confusión.

Pero no hay mal que dure cien años, ni cosmético para maquillarlo.

Todavía faltan tramos por recorrer en los plazos electorales a lo interno de los partidos y en el marco general.

El chanchullo se ingenia cartas que se reservan para la última hora.

Se advierten cartas ocultadas hasta el momento.

Son procedimientos propios de los partidos que dominan el acontecer político.

Es falso aquello de que quien tiene más saliva traga más hojaldras.

La marrullería es capaz de cualquier cosa. No importa que los marrulleros sean sorprendidos en flagrantes irregularidades. Para un tunante poco importa que luego se publiquen imágenes que digan: “La cámara lo grabó así”.

Son dados a decir “digo” donde dijeron Diego. Es decir una cosa por otra.

Vivimos un panorama extremadamente frágil y riesgoso.

Las ofensivas mediáticas manipulan pero hasta un punto.

No se pueden subestimar, pero tampoco exagerar capacidad de engaño.

Los días venideros son para activar reflejos y encender faroles. En más de un litoral.

Pero tampoco debemos alocarnos. Total, no lo van a impedir, como diría Amaruy Pérez:

No lo van ha impedir ni el falso amigo,

ni el que alimenta el cepo y la tortura,

ni el pequeño ladrón de mano fría,

ni el terrible don Juan de cara dura.

No lo van a impedir ni moralistas, ni el indiscreto encanto del embrujo,

ni ausentes funcionarios, ni arribistas,

ni aspirantes al hacha del verdugo.

No lo van s impedir las bandoleras,

ni el letrado galán de poco vuelo, ni inquisidores, ni aguafiestas, ni eternos sembradores de veneno.

No lo van a impedir los enemigos,

ni atentos intimistas alabados, ni burócratas tiernos, ni podridos, ni herederos, ni apóstoles errados.

No lo van a impedir del valle al cielo, ni reyes del honor, ni periodistas,

ni antiguos comediantes, ni embusteros,

ni estudiantes de leyes, ni alquimistas.

No lo van a impedir los generales,

ni adorables doncellas pervertidas,

ni apelables procesos judiciales,

ni perros, ni cometas, ni suicidas.

PANCARTA

Montecristeños al rescate de su pueblo

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancart@yahoo.com

A la memoria de todos mis tíos, hijos de
Demetrio Rodríguez.

El pasado 25 de marzo se conmemoró el 116 aniversario de la firma del Manifiesto de Montecristi a la altura del significado histórico de ese acontecimiento determinante en las jornadas por la independencia de Cuba.

Los montecristeños deben sentirse orgullosos de haber sido el escenario de ese episodio que trazó las pautas para la liberación de un pueblo caribeño hermano.

Dos próceres de dimensión continental rubricaron la proclama: José Martí y Máximo Gómez.

El contenido mismo del Manifiesto de Montecristi lo encumbra por los cielos de la antología, con una elocuencia que transmite llanamente la voluntad de un pueblo por sacudirse el dominio colonial español.

El llamamiento se glorifica porque la dignidad de sus firmantes hizo cuajar sus ideales convertidos en conquistas, gracias a las epopeyas de los irredentos que a la carga del machete doblegaron al enemigo opresor, obligado a morder el polvo de su derrota.

A la vuelta de las décadas, el pueblo cubano honró lo que le debía al pueblo dominicano con el respaldo a los exilados dominicanos perseguidos de la tiranía trujillista. Sumado a Cayo Confites y otros intentos, el campamento de Mil Cumbres en la occidental Pinar del Río.

Constanza, Maimón y Estero Hondo fueron escenarios pioneros en el estremecimiento de la tiranía trujillista que jamás se recuperó hasta colapsar.

He citado solo el Manifiesto como un botón de muestra, de la extendida cadena de capítulos de Montecristi en la historia dominicana. Podría extender, pasando por las batallas de la restauración de la República, algunos de cuyo próceres reposan en el cementerio municipal.

Pero también pudiera hablar aquí el inmortal Manolo Tavárez, el gran ignorado, fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y más coherente líder de masas de pensamiento antiimperalista del pueblo dominicano el último medio siglo. A la historia se suman la naturaleza y la cultura como prendas de valor incalculable para el rescate de Montecristi.

El profundo Atlántico bordea azulado al enhiesto morro, de un simbolismo en yunta como el legendario reloj público.

Historia, cultura y tesoros de la naturaleza, son más que suficientes para el rescate de Montecristi.

Sólo deben sumarse los montecristeños de la provincia, del país y del exterior.

PANCARTA

Las ‘firmas’ revelarían una autoincriminación del PLD

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

“No todo lo que brilla es oro” es una máxima para ver las dos caras de las firmas; “Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra” es otra expresión reveladora de que “en todas partes se cuecen habas”. El PLD no es la excepción.

El fin de semana se dijo que el PLD recogió más de dos millones de firmas en respaldo a Leonel Fernández en el afán reeleccionista para los comicios del 2012.

¿Quién verifica la autenticidad de esas firmas como soporte al objetivo de la reelección? ¿Andan las firmas por un lado y la proclama por el otro?

Las firmas pudieron ser recogidas en la ciudadanía o tomadas de un copioso listado, por ejemplo, el que contiene los nombres de los favorecidos con la tarjeta “Solidaridad”, el “bonogas” y otras especies clientelistas.

Esta especie de usar los listados anda por todo el país. Nadie desmiente esa versión.

Dicho de otro modo, la fuente de los alegados 2.2 de millones de firmas podría ser un listado oficial confeccionado por autoridades gubernamentales para un programa con recursos estatales.

¿Qué autoridad acreditada puede negar esa versión? Cualquier interesado en demostrar la autenticidad de las firmas debe hacerlo.

Lo contrario abre la pregunta: ¿debe admitirse que todo lo que sale de “arriba” es “la verdad y toda la verdad?

En el caso de que los nombres promocionados como firmas de adhesión a un proyecto partidario procedan de programas sociales gubernamentales, sería un flagrante uso de los recursos del Estado.

Y específicamente la autoincriminación de sus promotores.

Sería fácil probar lo contrario por parte de los expertos en actas de nacimiento de firmas.

Si no lo verifican, continuarán los nubarrones encapotando el panorama dominicano, lo que sumará preocupaciones, conjeturas e interrogantes en el horizonte del país.

Por eso crece el convencimiento de que se está desafiando el sentido común de los dominicanos.

La última es que a la imposición le llaman debate, sin temor a la debacle.

Eso es lo que protagonizan el oficialismo, Palacio y las cámaras legislativas, con el tema del Consejo Nacional de la Magistratura, CNM. Con la advertencia agregada de que si no cumple con los requisitos constitucionales, bastaría con dejar que perima engavetado.

PANCARTA

Evalúan se diluye plan reeleccionista

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

El acto de entrega a Leonel Fernández de unos supuestos dos millones de firmas en apoyo a la reelección presidencial ha provocado un reguero de reacciones.

Comentarios disímiles emanaron en reuniones de múltiples características sociales, sectoriales y profesionales.

También se debate el afán reeleccionista en las peñas rodantes en carros públicos, voladoras, autobuses, etc.

Algunos se preguntan si en lo adelante se le ocurrirá a Danilo Medina proclamar que la reelección es hipotética.

Fue Danilo Medina el principal blanco de ataque del discurso de Leonel. Alguien dijo que lo pegaron a la pared, donde ya no hay espacio para declaraciones sinuosas de mensajes solapados y evasivos al margen de una posición coherente y vertical sobre la avasallante campaña reeleccionista.

Se vaticinó que con esa actitud, al día siguiente de la próxima convención del PLD se escuchará a Danilo Medina diciendo que fue “víctima del aparato del Estado”, como dijo en su anterior enfrentamiento con Leonel Fernández.

En una peña se apuntó que Danilo Medina y Leonel Fernández libran un duelo apostando a quién es más dubitativo en sus pronunciamientos. Esto no es un mérito, aunque generen reacciones contradictorias incluso en la misma prensa. Por supuesto, el tiempo favorece a Leonel Fernández y deja a la defensiva a Danilo Medina en el marco del PLD.

Ayer, mientras un titular de prensa expresó que el discurso generó una nebulosa, otro rotativo dijo que fue a “muy pocos” que el discurso dejó en “una nebulosa”.

Pero el gran charco a cruzar o reto de Fernández no lo es Medina. Está en cómo resolver la cuadratura del círculo, o demostrar como verdad una mentira.

Fernández sabe que no basta con firmas, ni funcionarios colectores a base de prebendas, recursos del Estado y promesas demagógicas.

Sabe que debe desafiar el sentido común de los dominicanos. Ahí reside la debilidad del acto reeleccionista, que sumó estridencia a la adulación.

Adulado y adulones están obligados a jugárselas. Y por eso van para la calle.

Pero con esa cruzada le echarán más leña al fuego, alimentando las vertientes de un consenso que podría tomar el despeñadero de un colapso social.

Un tertulio comentó serenamente: “No importa bulla, ahora es que luce desinflado el plan reeleccionista”.

PANCARTA

Pero el buscado es un mensajero

Raúl Pérez Peña (Bacho)

El editorial del semanario Camino reiteró lo dicho por la carta Pastoral próximo al 27 de Febrero, con severas críticas a la corrupción en la administración pública, el lavado de dinero y el auge del narcotráfico y otras lacras sociales. Pero ninguna declaración oficial ha aceptado las verdades de la Pastoral.

Ni un solo jorocón ha sido investigado por corrupción. Pero el buscado es un mensajero. Es conocido que del dinero público se han extraído y acumulado fortunas multimillonarias.

Pero el buscado es un mensajero.

El más indiferente reacciona indignado ante la ostentación de riquezas que exhiben muchos que hasta algunos años andaban a pie o pidiendo bolas. Pero el buscado es un mensajero.

Los dominicanos ven con sus ojos y escuchan con sus oídos pormenorizadas exposiciones sobre las inconductas de funcionarios que, amparados por el poder del Estado, destinan para su provecho personal cuantiosas sumas de dinero concebidas “teóricamente” para el desempeño de sus funciones.

Pero el buscado es un mensajero. Cada vez con más frecuencia altos oficiales de la Policía y las Fuerzas Armadas se involucran en actos delictivos, tráfico de drogas y otras bellaquerías. Pero el buscado es un mensajero.

Connotadas figuras del gobierno han articulado grandes empresas, incluso de seguros, mostradas a la opinión pública con pelos y señales. Pero el buscado es un mensajero.

Una mafia de cubanos estafa el tesoro norteamericano y se descubre aquí su red de inversiones con cómplices dominicanos.

Pero el buscado es un mensajero. La prensa extranjera da cuenta de que ciertos funcionarios vieron al país como inagotable y actuaron en consecuencia. Pero el buscado es un mensajero.

Una sucesión de escándalos de corrupción detallados por la prensa ha sobrecogido la opinión pública, mientras los protagonistas andan tranquilamente por las calles. Pero el buscado es un mensajero.

Tras revelarse el más reciente de esos escándalos, supuestamente le dan luz verde a un funcionario de cuarta categoría para perseguir a un destituido funcionario, también de cuarta categoría, sin llevarlo a la cárcel. Pero el buscado es el mensajero.

Por televisión acaban correctamente con el mensajero y le tienen cavada su tumba moral.

El sentido de lo equitativo sugiere criticar a los ladrones de toda laya. Pero, el buscado es el mensajero: candidato a un intercambio de disparos.

PANCARTA

Espionaje envuelto en misiones periodísticas

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnapancarta@yahoo.com

Un terremoto social sacude el mundo árabe con componentes de espontaneidad, de tramas y de maniobras manipuladas, de manera que sirva a los intereses de las grandes potencias, o que no atente contra sus enclaves.

Los dominicanos vivimos el pos del ajusticiamiento de Trujillo, siguiendo con altas y bajas la transición hacia una democracia que algunos llaman “imperfecta” en un gesto de generosidad y/o complicidad con la dictadura de tres partidos.

He sido recurrente en apuntar elementos comunes y parecidos entre aquellas jornadas en el período 1961-1965 y los actuales acontecimientos en los países árabes.

Comparo los manejos mediáticos y los pretextos durante dicho primer lustro de la década del 60’ con acontecimientos que ocurren en Medio Oriente. He hablado de la gastada historia de “salvar vidas” y “misión humanitaria”. Entonces aquí, como allá, ahora suena la misma mentira, con la fanfarria de la ONU.

En el trajinar de 1961 “contra los remanentes del trujillato”, quien escribe vivía en la calle El Conde. Por ahí se veía el tropel de “los paleros de Balá” y a ciertos “periodistas” de agencias de prensa norteamericanas, como Robert Berellez, cuya silueta conservo fresca en mi memoria. Como se comprobó luego, el “periodista” era un furtivo agente de la CIA que cumplía su misión en nuestra panorámica, al tiempo de reportar para al exterior retorcidas especies noticiosas.

Entrevistado por Ángela Peña, Albertico Fiallo habló de Berellez, agente un par de años más tarde, siendo inminente el cuartelazo mili-tar que derrocó al gobierno de Bosch. Dijo Fiallo: “El día del golpe, en la madrugada, Roberto Berellez, agente de la CIA, corresponsal de AP que fue uno de los artífices del golpe contra Allende, llamó en la madrugada a Viriato y le preguntó qué opinaba del golpe, él se molestó, porque lo levantó, y replicó que ya había dado sus declaraciones”. El periodista le dijo que el golpe se había dado a las once de la noche y Viriato reaccionó “yo no estoy enterado de nada”.

Se pueden sumar otros datos a las misiones de Robert Berellez, como sus andanzas por Cuba desde antes de la caída de Fulgencio Batista, su labor de agente durante la Guerra de Abril en nuestro país y su participación en la conspiración que derrocó al presidente chileno Salvador Allende.

Los reportajes desde el munco árabe muestran periodistas que uno no sabe si son cuadros políticos o delatores.

PANCARTA

Yemen reafirma la falacia de la guerra

Raúl Pérez Peña (Bacho)

La guerra que testimonia el mundo sigue al fuego vivo en Libia, bajo la acción bélica de las potencias aliadas contra Mohamar Gadafi, acusado de violar los derechos de los civiles.

El concierto de atacantes lo mandan los “dueños” del mundo, creídos infalibles y dignos de atronadores aplausos. Esos dueños tienen subordinados a su jerarquía a países de “segundo piso” sin poder de decisión, que aportan los nombres de sus respectivas naciones, equipos, armamento de guerra y compañías de oficiales con un papel “decorativo” mayormente.

Un ejemplo de lo último lo ofrece España, cuyo parlamento aprobó casi a unanimidad participar la guerra, con tiempo por definirse.

Había que ver a los efusivos líderes invocar los derechos de los civiles libios, pero con un zipper virtual que les “impidió” abrir la boca para referirse a los derechos de los civiles de Yemen y de Bahréin.

Los críticos especulan que esos congresistas pudieron ser víctimas del alemán aquél.

Para que el espectáculo cayera en el precipicio de lo deprimente, al cierre emergieron cuatro ciudadanos con el desagravio a su Patria y el espíritu de José Martí encendido en sus adentros: ¡No a la guerra! proclamaron voz a cuello. Confirmaron que cuando hay muchos congresistas sin decoro, unos cuantos ciudadanos tienen el decoro que representa a todos los españoles.

¿Por qué Yemen y Bahréin demuestran y reafirman las groseras mentiras de la guerra contra Libia? Primero porque de ser tan respetuosas de los derechos, las potencias occidentales hubieran convocado “de emergencia” al Consejo de Seguridad de la ONU para defender a los ciudadanos de Bahnréin y Yemen atropellados, robados y sacrificados por sus respectivos gobiernos, uno con 200 años en el poder y el otro con más de 40.

Pero ellos dicen que en dichos países no hay que rescatar ninguna democracia porque está garantizada por muy buenas manos.

Son los mismos clanes que manejan el petróleo al servicio de sus respectivas oligarquías y monarquías, con el usufructo de las transnacionales y grupos de poder “In Usa”.

Petróleo y petróleo, son las motivaciones básicas de lo que sucede en Libia.

Por cierto, en una edición poco creativa, porque reproduce formatos y pretextos conocidos por los dominicanos en 1965 con guerra de Abril sofocada por 42 de mil marines norteamericanos.

PANCARTA

Invasión atrapada sin la careta, como en RD

Raúl Pérez Peña (Bacho)
columnpancarta@yahoo.com

Tal cual una gota de agua es igual a otra, es la similitud entre la invasión aliada a Libia y la invasión norteamericana y países cómplices a nuestro país en 1965 cuando el pueblo se levantó dirigido por el coronel Caamaño.

Aquella vez se intentó presentar la invasión de 42 mil marines norteamericanos a territorio dominicano como una operación “humanitaria” a cargo de la denominada “Fuerza Interamericana de Paz, FIP”. Al presentarse esa “Fuerza” como pacificadora se dijo que venía a “salvar vidas”.

El ropaje de Interamericana fue para darle un carácter “multilateral”, pese a que Estados Unidos era “ley, batuta y constitución” de la ocupación militar a nuestro territorio.

Tras esa imagen de “participación” de varias naciones, hizo falta la complicidad de varios países secuaces, como lo hace ahora España, Catar, y otros lacayos que actuaran con un papel equivalente como mercenarios o sicarios, que desde ya son co-responsables de los civiles víctimas de la exclusión aérea.

Tanta similitud entre Berelléz y José Levi explican las distorsiones, omisiones y manipulaciones que reporta el último acerca de Libia.

Las potencias belicistas invaden los espacios aéreos y marítimos de Libia sin admitir la incursión terrestre, de inminente ejecución porque se le cayó careta de la misión de “proteger a los civiles libios”. Han muerto cerca de 200 sólo en Trípoli.

Estados Unidos prefirió no comandar los operativos, pero ahora está obligado a ocupar el frente, dada la incompetencia de sus compañeros de vuelo en logística, tecnología, tropas, servicios de inteligencia, armamentos de tierra, aire y mar: portaviones, aviones, submarinos, barcos y la artillería pesada y liviana.

Además del creciente número de civiles muertos, la careta de la misión pacificadora se cae porque algunos “aliados” reculan, como la Liga árabe, diciendo que no se aprobó matar a civiles, mientras la Unión Africana y un alto número de países rechazan la violación de los derechos de Libia. Más grave que esas grietas, son las protestas en Bahréin, Yemen y de otros pueblos, que no despierta en Washington la idea de intervenir.

Los dominicanos sabemos por nuestra experiencia de 1965, que la capacidad de destrucción de los invasores entraña la capacidad de engañar a la opinión pública mediante groseras mentiras disparadas desde sus plataformas de artillerías mediáticas.

PANCARTA

¿Salvar vidas en Libia? Igual que aquí en 1965

Raúl Pérez Peña (Bacho)
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Más repetidos que los tiros en medio oriente, se escuchan las descargas mediáticas de “la comunidad internacional” que busca emprender la misión para “salvar vidas” en Libia, articulando la acción multilateral que ejecutaría la OTAN.

Los dominicanos tenemos una basta experiencia en lo que significa “salvar vidas” para las tropas intervencionistas bajo la tutela norteamericana.

“Salvar vidas” fue el mismo pretexto que en 1965 esgrimieron quienes desde Washington ordenaron la grosera invasión de 42 mil marines a suelo dominicano buscando doblegar la dignidad de los militares y civiles constitucionalistas, levantados en armas por rescatar la Constitución de 1963 del gobierno de Bosch

Una avasallante campaña de prensa desde el 28 de abril de 1965 fue emprendida por Washington para meterle a la gente “por boca y nariz” que el desembarco de los marines cumpliría una “misión humanitaria” destinada a salvar vidas de civiles estadounidenses en territorio dominicano.

Camino a cinco décadas de aquel ultraje, aún no aparece el primer testimonio que valide el pretexto de los intervencionistas, de la OEA y de la ONU.

Aquello fue el coro de la mentira interpretando la danza de la muerte de miles de dominicanos.

Yo no se lo que pasa en Libia a ciencia cierta y en sus pormenores. Pero hay demasiada coincidencia en el comportamiento actual de las “grandes potencias” con las manipulaciones de los acontecimientos en 1965 en República Dominicana.

Está gastado el expediente de la “comunidad internacional” hoy “compungida”, pero que no apareció en 1965 para evitar o criticar la criminalidad de la intervención norteamericana, bajo la máscara de “Fuerza Interamericana de Paz”.

Esa misma “comunidad Internacional” se comporta insensible ante las protestas en Egipto, Yemen y otros pueblos que luchan por quitarse de arriba gobiernos despóticos y altamente corruptos.

Una deferencia abismal caracteriza lo que escuchamos desde Libia comparado con el tratamiento a lo que se propaga de otros países de medio oriente.

Ahora comienza a difundirse la especie de que hay “armas químicas” en Libia, tal como se desparramó por el mundo el mismo pretexto para la invasión a Irak.

Tampoco yo se si hay armas químicas en Libia. Lo que se sabe es que hay mucho petróleo, clasificación “Premium”.

PANCARTA

Un “paño con pasta” no limpia una gestión

Raúl Pérez Peña (Bacho)
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El Poder Ejecutivo emitió varios decretos con pretensiones de un cambio de imagen en la Administración Pública, cuando en realidad se limitó a un maquillaje con los mismos productos.

En el tablero gubernamental, la ficha de un lugar fue removida a otro y viceversa. Ciertas remociones no obedecen a la intención de sacudir un gabinete de poco crédito, si le queda.

En cuanto al Ministerio de Educación, se apeló al clásico sacrificio de un chivo expiatorio, jugada que se cae con la vehemencia de la alocución del domingo orientada a socavar la reivindicación del 4% del PIB para la educación y a neutralizar agudos cuestionamientos al sistema educativo nacional.

Simultáneo con el envío a los medios de comunicación del decreto de la sustitución del ministro, desde Santiago de Chile llegaba un despacho de prensa reiterando que la educación sigue crítica en República Dominicana, según declaraciones de la Oficina Regional de la Unesco en Chile.

Como se sabe, el discurso provocó una avalancha de reacciones adversas en un abanico de sectores sociales con punzantes críticas, citándose la del sacerdote Amancio Escapa, quien dijo que el presidente Leonel Fernández no habló para República Dominicana.

Fue tal la descarga colectiva, que en algunos círculos se considera el más cuestionado de los discursos del gobernante. Contrario a lo que podía pretender el Ejecutivo con más de dos horas en el Podium, la pieza “de los números” ha repercutido como un búmeran negativo, con fuerte impacto a la política gubernamental.

Se informó del envío de una comunicación al gobernante Nicolás Sarkozy, de Francia, con una propuesta de Fernández.

Pero se agrega que debió remitirse también un desagravio al experto Jacques Atally, cuyo informe subraya la necesidad de un 4% del PIB para la educación en el presupuesto anual en República Dominicana. Esa sugerencia fue amputada del rosario de citas al experto escuchadas en el discurso.

Por su insignificancia, los cambios por decreto anunciados desde el Palacio Nacional equivalen a un “paño con pasta”, como hacen los limpiabotas cuando lustran zapatos por un menor precio.

Sustituciones o remociones como las anunciadas no entrañan cambios trascendentes en la naturaleza del gobierno.

De existir gente con esperanzas de nuevos rumbos, la decepción se les apareció como un fantasma.