TEMA DE FONDO POR OSIRIS DE LEON

LOS RETOS ELECTORALES DEL PARTIDO REFORMISTA.

Por: R. Osiris de León.

Si el pueblo dominicano tomara una cinta métrica para medir al PRSC de hoy, obtendría dos medidas, y la primera sería la de un partido que ante el pueblo aparenta tan chiquito como cercano al 4%, mientras la segunda sería la de un partido realmente tan grande como cercano al 35%, pero que desde que Balaguer murió está agachado y aparenta minimizado.

En los pasados procesos electorales nacionales el Partido Reformista Social Cristiano ha caído del 24% al 8% y luego del 8% al 4%, fruto de no haber recibido el necesario apoyo de sus militantes y simpatizantes, ni el respaldo del resto del electorado dominicano, por tres razones fundamentales:

1-El PRSC ha escogido candidatos para complacer ciertas estructuras y fuerzas internas del Partido, y no para complacer las estructuras de la sociedad dominicana, y en respuesta a ello la mayoría reformista y la sociedad han sido indiferentes a esas candidaturas propuestas, pues un partido político no debe salir a vender limones agrios cuando el pueblo quiere comprar naranjas dulces. Esa debe ser una lección aprendida.

2-El PRSC se ha desconectado totalmente de las necesidades y preocupaciones del pueblo dominicano, lo que ha llevado al pueblo a desconectarse del PRSC, a ser indiferente ante las propuestas electorales reformistas y a ignorar la existencia reformista.

3-El PRSC ha llevado candidaturas cuyos discursos han sido fríos, descoloridos y de pobre contenido propositivo, los cuales distan mucho de los discursos cálidos, hermosos, profundos, desafiantes y enriquecidos que siempre pronunciaba Joaquín Balaguer. Por eso son muchos los reformistas que dicen que desde que Balaguer se murió para ellos la política se acabó.

El PRSC tiene ahora una gran oportunidad electoral, siempre que la sepa aprovechar, no para negociar, sino para presentar una buena candidatura para ganar el próximo proceso electoral, pero para ello debe aprender de sus errores del pasado y comenzar a vivir un presente diferente.

El PRSC tiene la obligatoriedad de volver a conectarse con la sociedad, tiene que hablar de los problemas que le preocupan a la gente y debe llevar un candidato que impacte en el corazón y en el sentimiento de la gente.

El PRSC debe entender que los tiempos han cambiado y que no se escoge a un candidato para complacer a la dirigencia del Partido, ni para complacer a los arribistas y oportunistas que siempre han vivido del Partido, sino que se escoge a un candidato para complacer al pueblo votante, ya que es el pueblo quien decide por quien emite un voto preferencial en cada proceso electoral.

El PRSC, disminuido como está, no puede darse el lujo de escoger a un candidato en un proceso cerrado y de espaldas a la sociedad, ni escoger a un candidato que no goce del apoyo de la gente, porque de nuevo la gente volvería a ser indiferente y el PRSC se quedaría con apenas el 2% del electorado nacional, lo cual sería una nueva vergüenza para todos los reformistas que estuvieron acostumbrados a los grandes triunfos balagueristas.

Eso debe motivar a las estructuras del partido a organizar un proceso de primarias abiertas donde puedan votar todos los militantes y simpatizantes del PRSC, así como los dominicanos que hoy no ven en los otros partidos las respuestas a los problemas más sentidos, actualizando el padrón reformista y estimulando a cada precandidato para que inscriba en ese padrón a todos sus simpatizantes.

Y aunque algunos reformistas sienten temor de que unas primarias abiertas puedan ser contaminadas por los partidos competidores, es preferible correr ese riesgo a cambio de obtener una votación masiva que permita presentar al PRSC como un partido fuerte con posibilidad de ganar, en lugar de exponernos a una minúscula asamblea cerrada y amañada que confirme que somos una minoría que ahuyenta a la mayoría. Para ganar hay que arriesgar.

Todos sabemos que así como los fanáticos no van al estadio cuando su equipo favorito está perdiendo, los simpatizantes de un partido político no van a votar cuando su partido está en último lugar, porque este pueblo no tiene cultura perdedora, y en política menos, pues aunque en el pasado proceso electoral nacional el PRSC repartió millares y millares de salamis, la votación apenas alcanzó cerca de 185,000 votos (4.5%), la mitad del proceso anterior, lo que indica que la gente se comió los salamis, los digirió y luego se olvidó y por el PRSC no votó. Fea experiencia clientelista que jamás debía repetirse en el Partido Reformista.

Un pueblo hambriento y desempleado, sin agua y sin energía eléctrica, y con baja inversión en salud y educación, quiere candidaturas comprometidas con la solución de los graves problemas de la nación, pero si algunos dirigentes del PRSC siguen insistiendo en imponer candidaturas que no llenen las expectativas sociales, entonces de nuevo el PRSC recibiría el rechazo de la población, y nueva vez perdería la oportunidad de conquistar el voto mayoritario de esta nación, quitando a esta misma sociedad la oportunidad de volver a las etapas progresistas de los gobiernos reformistas.

El PRSC tiene ahora una excelente oportunidad electoral de triunfar, despertando a los balagueristas dormidos, poniendo de pié a los reformistas que han estado sentados, atrayendo a peledeístas y perredeístas disgustados, conquistando a los votantes indecisos, y animando a los ciudadanos que se niegan a votar porque no ven una buena propuesta electoral.

Pero para poder triunfar, el PRSC tiene que salir a la calle a escuchar la voz de la gente que quiere ver una propuesta diferente que lleve un discurso diferente que renueve la esperanza de esa gente.

Si el PRSC sabe oír, escogería una candidatura popular y casi se podría acostar a dormir, pero si se impone una candidatura impopular entonces desde ya se podría retirar.

El PRSC se debe al pueblo y al país y su candidatura debe responder a los intereses del pueblo y al desarrollo del país, y esos son retos para evitar que en el PRSC sólo queden restos.