
Por mucho tiempo se ha venido hablando acerca de si el cristiano debe o no participar en la política.
Es un debate interesante y al mismo tiempo delicado.
En el mundo antiguo existieron hombres de Dios, que ocuparon altas posiciones en naciones idólatras, que no servían a Dios.
Meditemos, por ejemplo en Daniel junto a los jóvenes hebreos,ellos aventajaban a los demás, por lo que recibieron buenos puestosal servicio del Rey Nabucodonosor.
José ocupó el cargo de primer ministro en el gobierno del Faraónen Egipto, llegando a ser el segundo personaje de la nación Egipcia, y, anoten este dato, -Egipto prosperó extraordinariamente bajo su dirección.
En Génesis 41:40 dice la Palabra "Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabrase gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú."Esas fueron las palabras pronunciadas por Faraón al siervo de Jehová, José.
Puede decirse con propiedad biblica que José gobernaba en Egipto,un hombre de Dios. Otro ejemplo fue el rey David quien gobernó por 40½, 7½ de ellos en Hebrón{2 Samuel 2:11},y 33 años en Jerusalén{2 Samuel 5:4-5}.
Salomón su hijo reinó por 40 años dotado por Dios de una gran sabiduríay rodeado de un grupo de funcionarios muy capaces, Sus ejecutorias convirtieron a Israel en una Nación con riquezas en abundancia y un enorme desarrollo en ciencia y letras.
Debemos decir, hay que ser justo, que Salomón no se cuidó, siendo desobediente a las instruciones de Dios,al tener un harén[conjunto de mujeres que viven bajo la dependencia de un jefe de familia en las sociedadades musulmanas}de algo más de mil mujeres.
En sentido general la sociedad debe abrazar la idea de pedirle a Dios que envíe hombres y mujeres a servir al pueblo desde el Estado.la imagen estéril de un gobierno{siempre y cuando sea necesario hacerlo} debe ser esterilizada por el bien de todo el colectivo de una Nación.
Shalom, Sea la paz,
Pastor Regalado.-