MONTECRISTI.- Cimentado en sus 32 años de servicios de amor a niños, huerfanos y desamparados el Orfanato Hogar La Esperanza de un Niño tiene una hermosa historia humanitaria que contar.
Desde su creación en 1978 bajo la concepción de la Iglesia Bella Vista Caná y más tarde con el apoyo de un grupo de misioneros provenientes del Canada y Estados Unidos, miembros de Orphan Outreach, organización sin fines de lucro “dedicada a glorificar al Señor a través de alcanzar a millones de niñös en riesgo en todo el mundo”, dirigida por Thomas Eklund, el Orfanato encontró su eje motor que impulsó sus planes de asistencia a niños, huérfanos y desamparados.
El Orfanato inició sus operaciones en el barrio Francisco Javier, albergando los primeros diez infantes sin hogares ni padres, que iniciaron una trayectoria que cambió sus vidas, recibiendo atención emocional, educativa, espiritual y necesidades físicas; muchos de ellos, se encuentran estudiando el nivel básico, otros el medio; varios son profesionales en diversas carreras técnicas y académicas, mientras otros se encuentran cursando en diversas universidades, solventados por el Hogar La Esperanza de un Niño.
A medida en que el orfanato ha ido ampliando su estructura física, ha incrementando la matrícula contando a la fecha con 40 residentes, que para ayudar a su sustento alimenticio mantienen cultivado con diversos rubros un huerto localizado en el patio del Hogar, y aparte de recibir educación integral, clases de inglés, francés y medio ambiente, estudian en diversos centros educativos. Pese a que en el Hogar hacen falta los facilitadores, cuentan con los equipos y maquinarias para el desempeño de competencias en ebanistería, costura, albañilería y herrería. Equipos de informática, ampliación de las edificaciones y un autobús para transportar los niños a las escuelas, son las necesidades perentorias del Orfanato, manifestó su director Ramón Perdomo.
En señal de gratitud por los 32 años de altruista labor, por las obras logradas en el plano humano y espiritual, por parte de la Iglesia Bella Vista Caná y el Orfanato Hogar La Esperanza de un Niño; así como por los aportes de Orphan Outreach, los beneficiados, conjuntamente con la alcaldía y la junta de la iglesia, efectuaron un acto de reconocimiento a cuantos han sido artífices del conjunto de logros.
Al estadounidense Thomas Eklund, mediante resolución número 20-2010, la alcaldía lo declaró Hijo Adoptivo, recibiendo el perganimo del alcalde Luisito Méndez y sendas placas de reconocimiento de la Iglesia Bella Vista Caná y de los residentes y personal del Ordfanato. Asimismo al pastor Ramón Perdomo se le declaró Hijo Meritísimo, quien además recibio placas de reconocimiento. También fue reconocida por sus aportes al Orfanato, la misionera canadiense Courtney Barret (Cocó). El coro infantil del Orfanato, dirigido por Danilo González, interpretó varias canciones y el grupo de teatro infantil, dirigido por Irene Perdomo escenificó pantominas.
Martín Lombert clausuró el acto conducido por Nadya Fawcett y Felipe Lemoine, el que contó con la presencia de Yudelka Sánchez, jueza del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes; Ana Elva Jiménez, jueza de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Montecristi; Ramón Tull, Julio Marichal, José Villanueva, Víctor Imbert, Vidal Cabrera, Raúl Tull, Ramón Helena y Migdonia Pimentel entre otros colaboradores del Orfanato. La cena con toque navideño fue ofrecida en honor a los niños residentes en el Hogar.