DIVERSIDAD CULTURAL
Por Lincoln López
Hace diez años que
En el mismo reconoce, condensa y protege en doce artículos toda la amplia gama de las formas de vida del ser humano en una comunidad determinada. Una forma particular sobre actuaciones generales que posee y expresa “un tinte y un sabor distinto” dependiendo de muchos factores, uno muy importante es el medio ambiente, condicionando a los seres vivos a adaptarse utilizando recursos intuitivos o de inteligencia creativa.
Por lo tanto, “la diversidad cultural se manifiesta de varias maneras, como el lenguaje o las creencias religiosas, en el uso y transformación de la producción agrícola o agricultura, en el arte (musical, danzario, visual o teatral) o en la estructura social, en la dieta o en el número indeterminado de atributos que puede implementar la sociedad humana”.
Naturalmente que esas sociedades no se desarrollan al mismo tiempo ni al mismo ritmo. Están, eso sí, en un cambio permanente. Podrá ser positivo o negativo. Si resulta lo primero, entra en juego un factor que es el valor de la identidad, pero en cambio si el entorno no le proporciona gratificaciones como el bienestar personal y social, entonces viene el descontento y la capacidad la pone de manifiesto y busca otras formas de vida aunque no pierda en esencia su identidad. Es lo que le sucede a una parte de los ciudadanos dominicanos que se sienten realmente marginados del bienestar y buscan por medio de la emigración otros lugares, aunque emocionalmente ligados a su “tierra natal”. Sus descendientes desarrollados en un ambiente más generoso lo van formando e inclinando la balanza a favor del nuevo destino.
En este aspecto juega un rol importante la economía desde la perspectiva de simple supervivencia inicial o hasta la complejidad del mundo actual con su tecnología, su política y formas de dominación o sometimiento a otras sociedades. Por este camino se transita hacia unas culturas superiores a otras.
Pero el punto de vista de
Dicha Declaración reconoce en su artículo primero que